MADRID 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han publicado un informe y una guía conjuntos para ofrecer directrices encaminadas a proteger a los trabajadores de los "crecientes desafíos" que supone el calor extremo para su salud.
El documento señala que muchos trabajadores se ven expuestos regularmente a condiciones térmicas peligrosas a medida que el cambio climático provoca cada vez olas de calor más frecuentes e intensas, lo que afecta especialmente a aquellas personas dedicadas a sectores manuales como la agricultura, la construcción o la pesca, aunque también se reconoce el impacto en la salud de poblaciones vulnerables y de países en desarrollo, tales como niños, adultos mayores o personas de bajos ingresos.
"El estrés térmico ya está perjudicando la salud y los medios de vida de miles de millones de trabajadores, especialmente en las comunidades más vulnerables", ha declarado el subdirector general de Promoción de la Salud, Prevención y Atención de Enfermedades de la OMS, Jeremy Farrar.
Cabe destacar que la OMM ha informado de que 2024 ha sido el año más caluroso desde que existen registros, con temperaturas diurnas superiores a 40 grados e incluso de 50 grados siendo "cada vez más frecuentes", lo que indica la necesidad de medidas "inmediatas" encaminadas a abordar un agravamiento del estrés térmicos en los trabajadores.
"Esta nueva guía ofrece soluciones prácticas y basadas en la evidencia para proteger vidas, reducir la desigualdad y desarrollar una fuerza laboral más resiliente en un mundo en calentamiento", ha añadido Farrar.
Por su parte, la secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett, ha manifestado que proteger a los trabajadores del calor extremo "no es solo un imperativo sanitario, sino también una necesidad económica", y que el estrés térmico laboral ha pasado de limitarse a los países cercanos al ecuador a un "desafío social mundial".
DISMINUCIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD
Además de provocar efectos adversos, tales como insolación, deshidratación, disfunción renal y trastornos neurológicos, el informe expone que la productividad de los trabajadores disminuye entre un 2 y un 3 por ciento por cada grado por encima de los 20 grados.
Para abordar esta situación, el informe propone una serie de planes de acción y medidas adaptados a industrias y regiones específicas, todos ellos desarrollados en colaboración con empleadores, trabajadores, sindicatos y expertos en salud pública.
Así, se recomienda desarrollar políticas de salud y calor ocupacional con planes y asesoramiento personalizados que consideren los patrones climáticos locales, trabajos específicos y vulnerabilidades de los trabajadores.
Uno de los principales reclamos consiste en centrarse en poblaciones vulnerables como aquellos trabajadores de mediana edad y mayores, aquellos con enfermedades crónicas y aquellos con una menor condición física, que son quienes pueden ser más susceptibles a los efectos del estrés térmico.
Los expertos también han aconsejado proporcionar educación al personal de primera respuesta, a profesionales de la salud, a empleadores y a trabajadores para reconocer y tratar "adecuadamente" los síntomas del estrés térmico, considerando que "a menudo" se diagnostican erróneamente.
El diseño de las soluciones deberá basarse tanto en garantías de efectividad como en prácticas asequibles y ambientalmente sostenibles, así como que puedan tener una implementación a gran escala, todo ello en consenso con las partes interesadas y haciendo uso de nuevas tecnologías que puedan ayudar a proteger la salud y mantener la productividad.
Asimismo, se insta a apoyar más investigaciones y evaluaciones para fortalecer la eficacia de las medidas de salud y protección contra el calor en el trabajo, que provoca 22,85 millones de lesiones laborales de forma anual, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Este informe representa un hito crucial en nuestra respuesta colectiva a la creciente amenaza del calor extremo en el mundo del trabajo", ha afirmado el director de Seguridad y Salud en el Trabajo y Medio Ambiente de Trabajo de la OIT, Joaquim Pintado Nunes.
Tras ello, ha resaltado que se trata de una guía "sólida y basada en la evidencia" que permitirá ayudar a gobiernos, empleadores y trabajadores a afrontar los crecientes riesgos del cambio climático.
"Junto con la OMS y la OMM, instamos a que se tomen medidas urgentes y coordinadas para salvaguardar la salud, la seguridad y la dignidad de los más de 2.400 millones de trabajadores expuestos a calor excesivo en todo el mundo", ha concluido.