MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una solución alternativa a la técnica actual para la eliminación de los pólipos de colon, en la que los médicos, para reducir el riesgo de desgarro del colon durante este procedimiento, a menudo inyectan una solución salina en el espacio debajo de la lesión, formando un "cojín" que levanta el pólipo para que sea más fácil extraerlo de manera segura, aunque este cojín no dura mucho.
Los científicos han ideado ahora una alternativa, que consiste en una solución que se puede inyectar como un líquido pero que se convierte en un gel sólido una vez que llega al tejido, creando un cojín más estable y duradero, según publican en la edición de este martes de la revista 'Advanced Science'.
"Eso realmente hace una gran diferencia para el gastroenterólogo que está realizando el procedimiento, para garantizar que haya un área estable que luego puedan resecar usando herramientas endoscópicas", explica Giovanni Traverso, profesor asistente en el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT y gastroenterólogo en Brigham and Women's Hospital.
Si bien muchos pólipos de colon son inofensivos, algunos pueden volverse cancerosos si no se eliminan. Los gastroenterólogos a menudo realizan este procedimiento durante una colonoscopia de rutina, utilizando una herramienta similar a un lazo para atrapar el tejido antes de cortarlo.
Este procedimiento conlleva cierto riesgo de desgarrar el revestimiento del colon, por lo que los médicos generalmente inyectan solución salina en el área justo debajo del revestimiento, llamado espacio submucoso, para levantar el pólipo de la superficie del colon.
"Lo que hace es separar esas capas de tejido brevemente, y le da un poco de un área elevada para que sea más fácil atrapar la lesión --detalla Traverso--. El reto es que la solución salina se disipa muy rápidamente, por lo que no siempre tenemos suficiente tiempo para intervenir, y es posible que tengamos que reinyectar solución salina".
Las lesiones complejas pueden tardar de 10 a 20 minutos en eliminarse, o incluso más, pero el cojín salino solo dura unos minutos. Los investigadores han intentado que los cojines duren más tiempo agregando agentes espesantes como la gelatina y la celulosa, pero son muy difíciles de inyectar a través de la aguja estrecha que se utiliza para el procedimiento.
Para superar eso, el equipo del MIT decidió crear un gel que diluyente. Estos materiales son geles semisólidos en condiciones normales, pero cuando se les aplica fuerza, su viscosidad disminuye y fluyen con mayor facilidad. Esto significa que el material se puede inyectar fácilmente a través de una aguja estrecha y luego volver a convertirse en un gel sólido una vez que sale al tejido del colon.
Estos geles se pueden fabricar a partir de diferentes tipos de materiales. Para este propósito, los investigadores decidieron sobre una combinación de dos materiales biocompatibles que pueden formar geles: laponita, una arcilla en polvo utilizada en cosméticos y otros productos, y alginato, un polisacárido derivado de las algas. "Elegimos estos materiales porque son biocompatibles y nos permiten ajustar el comportamiento de fluidez de los geles resultantes", dice el antiguo postdoctorado del MIT, Yan Pang.
Los investigadores probaron en cerdos un gel que podría inyectarse y formar un cojín estable durante más de una hora, lo que daría a los gastroenterólogos mucho más tiempo para extirpar cualquier pólipo.
Al variar la composición de los componentes del gel, los investigadores pueden controlar características como la viscosidad, que influye en el tiempo en que el cojín permanece estable. Si se hace para durar más tiempo, este tipo de gel inyectable podría ser útil para aplicaciones como el estrechamiento del tracto gastrointestinal, que podría usarse para prevenir el reflujo ácido o para ayudar a perder peso al hacer que las personas se sientan llenas. También podría potencialmente usarse para administrar medicamentos al tracto intestinal, dice Traverso.
Los investigadores también encontraron que el material no tenía efectos secundarios dañinos en los cerdos, y esperan comenzar los ensayos en pacientes humanos en los próximos tres a cinco años.