MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de California del Sur (Estados Unidos) ha demostrado que un avance en el revolucionario tratamiento del cáncer conocido como terapia de células CAR-T parece eliminar sus efectos secundarios graves, haciendo que el tratamiento sea más seguro y potencialmente disponible en entornos ambulatorios.
"Esta es una mejora importante. Hemos creado una nueva molécula de CAR-T que es igual de eficaz para matar las células cancerosas, pero trabaja más lentamente y con menos toxicidad", explica Si-Yi Chen, autora principal del estudio, que se ha publicado en la revista 'Nature Medicine'.
Esta versión mejorada del tratamiento con CAR-T no produjo efectos secundarios graves en 25 pacientes que tenían linfoma que reapareció después de tratamientos anteriores. Aunque el estudio fue diseñado para observar la seguridad, no la efectividad, seis de cada 11 participantes que recibieron una dosis comúnmente usada entraron en remisión completa.
La terapia CAR-T consiste en obtener células inmunitarias llamadas células T de la sangre de un paciente y luego modificarlas en el laboratorio para producir estructuras especiales llamadas receptores de antígenos quiméricos (CAR) en su superficie. Las células T alteradas se reinfunden en el paciente, donde los nuevos receptores de las células les permiten reconocer y adherirse a las células cancerosas, matándolas.
Actualmente, las CAR-T están aprobadas para algunas leucemias y linfomas, trayendo remisiones duraderas a quienes, sin ellas, estarían al borde de la muerte. La desventaja es que el tratamiento a menudo causa efectos secundarios graves, algunos de ellos potencialmente mortales, que deben ser manejados por especialistas experimentados.
Estos efectos secundarios ocurren cuando las CAR-T proliferan rápidamente y liberan una avalancha de sustancias llamadas citoquinas. El síndrome de liberación severa de citocinas puede llevar a que se presente daño multiorgánico potencialmente mortal e inflamación cerebral.
En esta versión revisada, los investigadores modificaron la secuencia y la forma de las moléculas. Como resultado, ahora las CAR-T matan las células cancerosas pero producen menos citocinas y proliferan más lentamente, dando al cuerpo del paciente más tiempo para eliminar las citocinas de la sangre. El siguiente paso de los investigadores es realizar una fase II multicéntrica para probar la seguridad y eficacia en un grupo más grande de pacientes.