Archivo - Glioblastoma. - PENN MEDICINE - Archivo
MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
El glioblastoma, la forma más agresiva de cáncer cerebral, siempre ha sido un enemigo casi imbatible. Pero un innovador tratamiento que combina ultrasonido focalizado y quimioterapia está empezando a cambiar esa historia.
Los pacientes que participan en los primeros ensayos viven más tiempo y muestran signos de que este enfoque podría abrir nuevas puertas en la lucha contra el cáncer cerebral.
Pacientes con glioblastoma, la forma más mortal de cáncer cerebral, que recibieron ultrasonido focalizado guiado por resonancia magnética junto con quimioterapia estándar, experimentaron un aumento de casi el 40% en la supervivencia general en un ensayo clínico de referencia con 34 pacientes, dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM) en Estados Unidos.
Esta es la primera vez que los investigadores demuestran un posible beneficio en la supervivencia al usar ultrasonido focalizado para abrir la barrera hematoencefálica y mejorar la administración de la quimioterapia al tumor en pacientes con cáncer cerebral después de la cirugía.
Los resultados, publicados en la revista 'Lancet Oncology', muestran que los participantes del ensayo tuvieron una mediana de supervivencia libre de progresión de casi 14 meses, en comparación con los ocho meses del grupo de control. En cuanto a la supervivencia general, los participantes del ensayo vivieron, en promedio, más de 30 meses, en comparación con los 19 meses del grupo de control.
"Nuestros resultados son muy alentadores. El uso de ultrasonido focalizado para abrir la barrera hematoencefálica y administrar quimioterapia podría aumentar significativamente la supervivencia de los pacientes, algo que otros estudios en curso buscan confirmar y ampliar", subraya el investigador principal del estudio, Graeme Woodworth, profesor y catedrático de Neurocirugía en la UMSOM y neurocirujano jefe del Centro Médico de la Universidad de Maryland (UMMC).
Los hallazgos de este innovador ensayo comparativo de seguridad y viabilidad se realizaron en pacientes con glioblastoma que recibieron ultrasonido focalizado para abrir la barrera hematoencefálica antes de recibir quimioterapia. Se compararon con un grupo de control rigurosamente seleccionado de 185 pacientes con glioblastoma con características similares que recibieron la dosis estándar del fármaco quimioterapéutico, temozolomida, sin ultrasonido focalizado. Los participantes del ensayo fueron tratados inicialmente con cirugía para extirpar el tumor cerebral, seguida de seis semanas de quimioterapia y radioterapia, y hasta seis sesiones mensuales de ultrasonido focalizado más temozolomida.
El estudio se basa en más de una década de investigación intensiva para evaluar la seguridad y viabilidad de la apertura de la barrera hematoencefálica mediante ultrasonido focalizado, primero en estudios con animales y luego en pacientes. En concreto, los investigadores demostraron que la apertura de la barrera hematoencefálica facilitó el uso de una "biopsia líquida", que es un análisis de sangre que detecta biomarcadores del cáncer, que pueden incluir fragmentos de ADN, proteínas y otros componentes del entorno líquido que rodea el sitio del tumor.
Estos biomarcadores se han utilizado en otros tipos de cáncer para determinar si el tumor se ha mantenido estable o tiene potencial de progresar o incluso de metástasis. Sin embargo, hasta ahora, estas pruebas no se han utilizado en pacientes con cáncer cerebral, ya que la mayoría de los componentes no pueden pasar al torrente sanguíneo desde el cerebro debido a la barrera hematoencefálica. "Se observó que estos biomarcadores líquidos concordaban estrechamente con los resultados del paciente a lo largo del tiempo, la supervivencia libre de progresión y la supervivencia general", expresa el doctor Woodworth.
Si bien la temozolomida es el tratamiento estándar para el glioblastoma, el fármaco suele ser bloqueado por la barrera hematoencefálica; estudios demuestran que menos del 20% llega al cerebro de los pacientes. Este estudio no determinó la cantidad exacta de temozolomida que llega al cerebro en cada paciente, pero estudios previos han demostrado que abrir la barrera hematoencefálica antes de administrar la quimioterapia puede aumentar drásticamente la cantidad que llega al tumor original.
El glioblastoma es el tipo de tumor cerebral maligno más común y mortal. La tasa de supervivencia a cinco años es de tan solo el 5,5%, y los pacientes viven un promedio de 14 a 16 meses tras el diagnóstico cuando se tratan con cirugía, radioterapia y quimioterapia cuando corresponde. La neoplasia maligna casi siempre reaparece, incluso después de su extirpación, debido a la infiltración de células cancerosas residuales que quedan después del tratamiento.
La barrera hematoencefálica es una red especializada de células vasculares y cerebrales que actúa como sistema de seguridad del cerebro para protegerlo de la invasión de toxinas y microbios peligrosos. Puede abrirse temporalmente mediante un dispositivo especializado de ultrasonido focalizado. Este proceso comienza con la inyección de burbujas microscópicas llenas de gas inerte en el torrente sanguíneo del paciente. Guiadas por una resonancia magnética, se dirigen a regiones cerebrales precisas mientras las microburbujas inyectadas circulan.
Estudios previos dirigidos por el doctor Woodworth y los coinvestigadores de este ensayo demostraron que la apertura temporal de la barrera hematoencefálica puede realizarse de forma segura y viable en pacientes con tumores cerebrales. Respecto a ensayos futuros, estos se podrían centrar en utilizar ultrasonido focalizado junto con otros agentes de quimioterapia para probar la eficacia de medicamentos nunca utilizados en el cáncer cerebral debido a su ineficacia para cruzar la barrera hematoencefálica.