MADRID, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha elaborado una serie de recomendaciones con el fin de "evitar las carencias alimenticias que este tipo de dietas pueden suponer en la infancia y juventud, y de que los padres conozcan los nutrientes que se han de complementar "en caso de optar por una dieta vegetariana para sus hijos", según el coordinador de dicho comité, José Manuel Moreno Villares.
En este sentido, tal y como ha explicado el doctor, "las dietas restrictivas exigen una mayor atención y cuidado". "Una dieta vegetariana mal planificada, como cualquier otro tipo de alimentación desequilibrada, puede tener consecuencias negativas sobre la salud y el crecimiento, por lo que es importante y recomendable que, antes de incluir a los niños en una dieta restrictiva, se acuda a la consulta del pediatra". Este valorarará si ésta cumple con los estándares nutricionales necesarios para un buen desarrollo y, en caso necesario, "suplementarla de manera correcta", ha advertido el doctor Moreno.
Las dietas vegetarianas son ricas en fibra, magnesio, hierro férrico, ácido fólico, vitaminas C y E, ácidos grasos poliinsaturados n-6, carotenoides, flavonoides y otros fitoquímicos y antioxidantes. No obstante, tal y como informa Moreno, son más bajas en grasa total, ácidos grasos polliinsaturados n-3, colesterol, yodo, zinc, hierro ferroso y vitaminas B12 y D. "El riesgo de deficiencias es mayor en las dietas más restrictivas, en especial en la dieta vegana, ya que esta excluye cualquier producto de origen animal", ha matizado el doctor.
Según ha añadido, apoyándose en el artículo publicado en Anales de Pediatría, los niños vegetarianos tienden a consumir más frutas y verduras, menos dulces, aperitivos salados y grasas saturadas, pero existe riesgo de consumir en exceso algunos alimentos con baja densidad nutricional.
En este sentido, las necesidades de proteínas pueden ser suficientes si la dieta incluye una variedad amplia de alimentos de origen vegetal y se alcanzan los requerimientos de energía. Como, en general, la calidad proteica de los alimentos vegetales es inferior a la de los productos de origen animal (en especial la leche y el huevo), es aconsejable asegurar que se consuman diariamente alimentos ricos en proteínas (legumbres, frutos secos y semillas) y que se combinen las fuentes de proteínas.
De igual forma, el uso de la soja y sus derivados (tofu, tempeh y análogos de carne), así como los pseudocereales como la quinoa y el amaranto, pueden contribuir a garantizar un adecuado balance de aminoácidos.
En relación con el hierro y el zinc, el artículo indica que, si bien es cierto que en algunos productos vegetales su contenido puede ser elevado, al tratarse de hierro en su forma no-hemo, cuya absorción es más difícil, su biodisponibilidad es menor.
"Por eso se recomienda consumir alimentos ricos en vitamina C en cada comida para favorecer la absorción del hierro", aconseja el doctor Moreno Villares. La sal yodada, los vegetales de origen marino y algunos alimentos a base de cereales constituyen la mejor fuente de yodo de las personas veganas. Los lácteos y la yema de huevo también son fuentes de yodo, según ha destacado Moreno.
Sin embargo, las algas (wakame, kombu, alaria y nori, entre otras), con gran protagonismo en estas dietas, pueden ser una fuente importante de yodo aunque, sin embargo, también lo son de arsénico, "por lo que deben usarse con precaución en lactantes y niños pequeños", advierte el experto.
SUPLEMENTO DE VITAMINA B12, IMPRESCINDIBLE
Por otro lado, Moreno ha destacado que la vitamina B12 no se encuentra en los alimentos de origen vegetal. Además, los alimentos fermentados o las semillas marinas no pueden considerarse una fuente de vitamina B12 fiable. "Es imprescindible el suplemento de vitamina B12 oral para todas las personas vegetarianas y veganas. Incluso en ovolactovegetarianos o en personas que consuman habitualmente alimentos fortificados, una dosis semanal de refuerzo es la mejor forma de garantizar niveles óptimos de esta vitamina", asegura el doctor.
Así, a pesar de que seguir una dieta vegetariana en cualquier etapa de la infancia no signifique necesariamente que sea insegura, el doctor subraya que "es preferible aconsejar que durante el periodo de lactante y en el niño de corta edad se siga una dieta omnívora o, al menos, ovo o lactovegetariana".
La edad de introducción de otros alimentos debe ser la misma que para los no vegetarianos. Es recomendable introducir las legumbres a partir de los 6 meses, ya que son el sustituto natural de la carne en las dietas vegetarianas. A partir de los 6 meses, se puede ofrecer también yogur de soja sin azúcar de manera ocasional, para desayunar o merendar, con o sin fruta. Es importante elegir variedades enriquecidas con calcio. Además, también es recomendable el consumo regular de verduras ricas en vitamina A (boniato, brécol, zanahoria, calabaza)
Por su parte, el gluten "debe introducirse a la misma edad que en los lactantes sin dieta especial", según el doctor. Tal y como especifica, es importante promover el uso de cereales integrales, como el pan, el arroz, la pasta, el cuscús, el mijo, la polenta de maíz y la quinoa. Ocasionalmente, también se pueden usar bebidas vegetales enriquecidas con calcio para preparar algún plato, "pero no deben usarse nunca como bebida principal", avisa.
Hasta el año se deben evitar las espinacas, las acelgas, la borraja, la remolacha, la rúcula y otras hojas verdes por su alto contenido en nitratos; la miel y los siropes, por el peligro de contaminación con esporas de botulismo; las algas, por su alto contenido en yodo; y alimentos con efecto laxante, como las semillas de lino y las de chía. A partir de los 2 años, tal y como informa el experto, la alimentación de los niños debe ser igual que la del resto de la familia, cuidando la oferta de alimentos frescos frente a productos procesados o zumos de frutas con azúcares añadidos.