Neurólogos pediátricos piden una evaluación integral del TDAH para evitar casos fracaso escolar

Archivo - Niño en la consulta del terapeuta.
Archivo - Niño en la consulta del terapeuta. - KATARZYNABIALASIEWICZ/ISTOCK - Archivo
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Publicado: viernes, 24 octubre 2025 18:47

MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

El portavoz de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP) y miembro del Grupo de Trabajo de Neurodesarrollo, el doctor Alberto Fernández Jaén, ha pedido este viernes una evaluación integral del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) para evitar casos de frasco escolar, y es que la mitad de los casos diagnosticados cuentan con problemas del lenguaje o de aprendizaje asociados.

"El 60-70 por ciento de los menores con esta condición han tenido dificultades en el aprendizaje lectoescritor. Los trastornos específicos del aprendizaje están presentes en el 45 por ciento de los casos, siendo particularmente frecuente el trastorno específico de la lectura. Además, aparecen problemas del lenguaje en el 12 por ciento de menores con TDAH", ha sostenido el doctor Fernández.

Tras ello, ha expuesto que la dislexia se detecta en hasta un 39 por ciento de ellos, de los que, a su vez, un 33 por ciento presenta trastornos por déficit de atención e hiperactividad.

"La disgrafía(incapacidad de escribir correctamente) está presente hasta en la mitad de los escolares con TDAH. El mal desempeño en las matemáticas se ha referido en el 25-30 por ciento de los casos", ha añadido, recalcando que los trastornos motores, como el trastorno del desarrollo de la coordinación, se registran en el 33-47 por ciento de los casos.

El doctor Fernández ha indicado que, a nivel social y emocional, estos niños frecuentemente tienen problemas de autoestima, una pobre calidad de vida, dificultades en las relaciones sociales, así como desregulación emocional.

"El 60-70 por ciento presenta trastornos comórbidos en la esfera conductual (trastorno negativista desafiante, trastorno disocial); en la esfera anímico-emocional (trastorno por ansiedad o del ánimo)", ha agregado.

Aunque esta condición se caracteriza por un patrón persistente de inatención, de hiperactividad, y de impulsividad, que interfiere de forma significativa en el funcionamiento académico, social, y familiar del niño, el especialista ha subrayado que estos síntomas cardinales no siempre están presentes con la misma intensidad en el menor.

SEÑALES DE ALERTA POR TDAH

El experto ha apuntado que los primeros síntomas del TDAH suelen comenzar antes de los siete años, aunque es posible que algunos pacientes no los manifiesten hasta los 15 años, momento en el que aumenta la exigencia académica.

Es por ello por lo que ha instado a familias y docentes a estar atentos a diversos signos de alarma como dificultades para mantener la atención en tareas o juegos, no escuchar cuando se les habla directamente, no seguir instrucciones, no terminar las tareas escolares, tener dificultades para organizar sus actividades, evitar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, perder objetos necesarios para sus actividades o distracciones fáciles.

"En cuanto a la hiperactividad e impulsividad, se observa un movimiento excesivo de manos o de pies, así como dificultad para permanecer sentado; correr, o saltar en situaciones inapropiadas; dificultad para jugar tranquilamente; estar 'siempre en marcha'; hablar en exceso; contestar antes de terminar la pregunta; o dificultad para esperar su turno e interrumpir conversaciones o juegos", ha detallado.

Atender a este tipo de señales puede ayudar a lograr un diagnóstico y una intervención tempranas, lo que mejorará el pronóstico del paciente.

"El pediatra de Atención Primaria juega un papel fundamental en la detección precoz y en el seguimiento de los pacientes con TDAH. Mientras, el neuropediatra tiene un rol crucial en el diagnóstico diferencial con otros trastornos del neurodesarrollo, en la identificación de comorbilidades, y en el diseño del plan terapéutico integral", ha destacado.

A la hora de realizar el diagnóstico, es "imprescindible" una exploración física y un examen neurológico completo, pues algunos pacientes muestran rasgos físicos como alteraciones pigmentarias o dismorfias menores, así como una exploración alterada que justifique la realización de exámenes complementarios.

"El estudio detallado de los antecedentes personales y familiares pueden ayudar también a identificar casos con trastornos genéticos o poner en la pista de un origen tipificable", ha concluido.

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