MADRID 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
"La levodopa es el tratamiento que proporciona un mejor control y más eficaz de los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson", según ha señalado la doctora María Rosario Luquin, del Departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de Navarra-CIMA, en un encuentro científico organizado por Novartis para realizar una actualización sobre el uso de la levodopa en el tratamiento de esta enfermedad.
"Además, la utilización de levodopa más carbidopa más entacapone supone una ventaja adicional sobre el tratamiento estándar de levodopa más carbidopa, ya que permite que un elevado porcentaje de la levodopa administrada por vía oral llegue al cerebro", añadió la doctora en este encuentro, con más de 60 especialistas.
En este sentido se manifestó también el doctor Pedro J. García Ruiz-Espiga, de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, para quien la levodopa "es a la enfermedad de Parkinson lo que la insulina es a la diabetes: un medicamento básico y fundamental".
"Después de la introducción de la levodopa se refinó el tratamiento, primero con los inhibidores de la dopa descarboxilasa y después con los inhibidores de la monoaminoxidasa", explica este experto.
"Finalmente --añade-- se introdujeron los inhibidores de la catecol orto metil transferasa (COMT). "De todos ellos, el entecapone ha sido, hasta el momento, el más práctico por su relativa ausencia de efectos secundarios. En este sentido, el entecapone incrementa el efecto de la levodopa en la mayoría de pacientes", dice.
MEJORAR LOS SÍNTOMAS NO MOTORES
El Parkinson es la segunda patología neurológica más prevalente en el mundo. En España se estima que existen entre 75.000 y 85.000 personas afectadas por esta enfermedad, que causa un importante deterioro de la calidad de vida de los pacientes, tanto por los síntomas motores como por los no motores, como el deterioro cognitivo, el dolor, las alteraciones del sueño o la fatiga.
Según la doctora Mª José Martí, de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Clínic de Barcelona, "aunque los síntomas no motores son más frecuentes a medida que la enfermedad avanza, pueden estar presentes ya en estadios iniciales".
"Otros síntomas, como pérdida de olfato, alteraciones del sueño, estreñimiento y depresión, pueden preceder en más de una década a las manifestaciones motoras clásicas, como el temblor o la lentitud de movimientos", añade.
El 100 por cien de los pacientes con Parkinson presenta varios de los síntomas no motores a lo largo de su enfermedad con mayor o menor intensidad. Algunos de los síntomas no motores asociados al Parkinson se deben a la propia enfermedad, por pérdida progresiva de neuronas productoras de sustancias como la dopamina o la serotonina. Otros se han relacionado con los tratamientos u otras causas.
"Cuando los síntomas sólo se presentan en los periodos en que el fármaco deja de hacer efecto, los llamados periodos 'off' -explica la doctora Martí- una nueva dosis de levodopa siempre produce una mejoría de los síntomas no motores". "Cuando estos síntomas son permanentes, es decir, no fluctúan en relación a la duración del efecto del fármaco, la levodopa influirá en ellos dependiendo de si son o no causados por la deficiencia de dopamina", apunta.
MÁS FLEXIBILIDAD COGNITIVA Y MEMORIA
En el caso de los problemas relacionados con la cognición, Martí afirma que, "en los estadios iniciales, la levodopa tiende a mejorar la cognición en los primeros años de tratamiento, aumentando la flexibilidad cognitiva, las habilidades visoespaciales, el aprendizaje o la memoria visual y verbal a largo-plazo".
"Esta respuesta a la levodopa tiende a desaparecer con la evolución de la enfermedad. Sin embargo, en pacientes con Parkinson avanzado, con o sin demencia, la levodopa no parece producir empeoramiento de la cognición, lo que nos permite seguir utilizándola para el tratamiento de los problemas motores", indica.
Entre el 30 y el 70 por ciento de los pacientes presenta dolor crónico, en muchos casos sin que haya una causa clara, lo que se denomina dolor central. "Sabemos que la dopamina modula el dolor en diferentes niveles del sistema nervioso y, por tanto, si hay un déficit de dopamina es lógico pensar que el tratamiento con levodopa podría mejorarlo", explica Martí, anotando que se ha observado que el dolor osteoarticular de estos pacientes "también se alivia con levodopa".
La fatiga es un síntoma no motor muy frecuente e invalidante que el paciente experimenta como "estar cansado" después de esfuerzos de poca intensidad y que se presenta en estadios iniciales de la enfermedad. "En los escasos estudios que se han efectuado, se ha visto que la levodopa mejora parcialmente la fatiga y que en los pacientes que la toman este síntoma progresa de forma más lenta", concluye.