MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER) han valorado positivamente la inclusión de las personas en diálisis o con trasplante renal en los grupos de alto riesgo para la vacunación de la COVID-19. Según anunció ayer el Ministerio de Sanidad, los pacientes renales comenzarán a vacunarse junto al resto de nuevos grupos de alto riesgo de forma simultánea al grupo de edad de 70 a 79 años.
En cualquier caso, y a través de un comunicado, solicitan que la vacunación de las personas trasplantadas de riñón o en diálisis se lleve a cabo en las unidades de diálisis y en los Servicios de Nefrología de los hospitales, ya que "sería la mejor estrategia para vacunar a esta población de forma rápida, eficaz y con mayor aceptación por parte de los pacientes".
En España, la tasa de contagio de los pacientes en diálisis o trasplante renal ha alcanzado un índice del 5 por ciento, más alto que la población en general, y una tasa de mortalidad superior al 25 por ciento del total de pacientes en TRS contagiados que, en el caso de los pacientes en hemodiálisis, los más afectados, asciende hasta llegar al 30 por ciento. De acuerdo con los últimos datos, publicados en 2019, en España más de 64.000 personas precisan de Tratamiento Renal Sustitutivo, es decir, trasplante o diálisis, de los que más de 35.000 lo hacen a través de hemodiálisis en hospitales o centros médicos.
"Es una gran noticia que además se dio a conocer ayer, que era el Día Mundial del Riñón, una actividad con la que cada año pretendemos dar a conocer y sensibilizar sobre la relevancia cada vez mayor que las enfermedades renales, y en especial la Enfermedad Renal Crónica, están alcanzando en nuestra sociedad, con un crecimiento de su prevalencia del 30 por ciento en la última década y que en España ya afecta a unos siete millones de personas", ha señalado la presidenta de la Sociedad Española de Nefrología, Patricia de Sequera.
Para los nefrólogos, "era lógico que los pacientes renales debían ser considerados prioritarios para recibir la vacuna de la COVID-19, por su vulnerabilidad y alto riesgo de infección y el impacto ya demostrado que está teniendo la pandemia en ellos, ante la imposibilidad del distanciamiento y confinamiento social, y la necesidad de desplazarse a los centros sanitarios varias veces a la semana para acudir a las sesiones de diálisis". "También en el caso de los pacientes trasplantados, que han tenido una notable incidencia, y por eso lo veníamos solicitando al Ministerio de Sanidad, por lo que valoramos muy positivamente que se haya tenido en cuenta nuestra petición", añade De Sequera.
Asimismo, ha subrayado la importancia de que la vacunación de los pacientes en Tratamiento Renal Sustitutivo (trasplantados y en diálisis) se lleve a cabo en las propias unidades de diálisis y en los Servicios de Nefrología de los hospitales españoles. "Consideramos que sería la mejor estrategia para vacunar a esta población de forma rápida, eficaz y con mayor aceptación por parte de los pacientes", concluye la presidenta de la SEN.
Por su parte, el presidente de la Federación Nacional ALCER, Por su parte, Daniel Gallego, ha destacado que "es un gran logro reivindicado desde hace meses, que exista una protección real para todas las personas en Tratamiento Renal Sustitutivo mediante la vacunación en las propias unidades de diálisis y servicios de Nefrología, por su alta exposición al virus y encontrarse inmunocomprometidos". "En otros países como Portugal, han vacunado a los pacientes de hemodiálisis en tan solo 5 días, en los propios centros de diálisis. Estamos realmente felices y satisfechos de saber que pronto estaremos totalmente protegidos frente al virus, con todo lo que implica para la salud de los pacientes renales y sus familiares", ha argumentado.