MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
Durante la Navidad se podría detectar un cierto aumento de las consultas de pacientes con gota debido al exceso del consumo de bebidas alcohólicas en estas fechas, según ha asegurado el reumatólogo del Hospital Universitario HM Sanchinarro, Enrique Calvo.
Este experto ha participado en el 'II encuentro del Grupo de Estudio de Artropatías Cristalinas de la Sociedad Española de Reumatología (GEACSER)', con la colaboración de Menarini, donde ha añadido que también hay otros estudios que han determinado un mayor aumento de los ataques de gota en otras épocas como en verano o en otoño.
"Probablemente la deshidratación del organismo durante el verano, sumado a los desórdenes alimenticios prolongados en esos meses estivales, influyan en esa estacionalidad de la gota haciendo que los ataques sean más frecuentes en verano y otoño", ha asegurado.
Además, ha señalado que a los pacientes "se les sigue estigmatizando", asumiendo que todos hacen excesos en alimentación y bebidas, "cuando no siempre es así".
En este sentido, Calvo ha explicado que 3 de cada 10 pacientes "son personas jóvenes, delgadas, hacen deporte y se cuidan, padeciéndola en ocasiones varios miembros de la misma familia", así como que en el 90 por ciento de casos la gota se debe a un fallo en la eliminación renal del ácido úrico, "por lo que, aunque la alimentación pueda tener una cierta influencia, no es el factor más importante".
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO CON RETRASO
Hay un "considerable" retraso en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con gota, "lo que conlleva años de padecimiento para los mismos, especialmente teniendo en cuenta que la gota puede tratarse y evitar dolencias mayores como el daño articular o el de otros aparatos y sistemas como el cardiovascular o el renal", asegura.
Respecto al tratamiento, el especialista asegura que "existe un gran retraso en el inicio y mantenimiento de una terapia correcta para disolver los cristales. Numerosos pacientes están insuficientemente tratados: reciben fármacos para bajar el ácido úrico, pero a una dosis menor de la que necesitan para disolver de forma óptima los depósitos de urato".
Por último, ha querido resaltar que están avanzado "cada vez más en la formación de los reumatólogos sobre esta patología, así como en el intercambio de conocimiento con compañeros de otras especialidades como Atención Primaria, Nefrología, Cardiología o Medicina Interna, entre otras".