NAVARRA.-La Clínica Universidad de Navarra consigue un 90% de supervivencia a un año del trasplante hepático

Actualizado: miércoles, 12 mayo 2010 18:49

PAMPLONA, 12 May. (EUROPA PRESS) -

La Clínica Universidad de Navarra consigue un 90% de supervivencia en pacientes trasplantados de hígado un año después de la intervención quirúrgica. Se trata de una de las mejores tasas si se comparan con las medias de supervivencia en trasplantes hepáticos presentadas por los registros español, europeo y estadounidense, según informó el propio centro en un comunicado.

Así, a un año de la cirugía, la tasa de supervivencia obtenida en este centro hospitalario es del 90%, respecto al 84% del registro español, al 82% del europeo y al 87% del americano. La superioridad se mantiene asimismo en la supervivencia a cinco y a diez años.

"Una alta calidad quirúrgica y médica y un seguimiento posterior de los pacientes muy estrecho para conseguir un diagnóstico precoz de posibles complicaciones son las claves de los elevados índices de supervivencia que presenta la Clínica en los trasplantados hepáticos", describió el doctor Jorge Quiroga, director del Departamento de Medicina Interna y especialista en Hepatología de la Clínica.

Los trasplantes practicados en la Clínica constituyen el Programa de Trasplante Hepático de Navarra, desarrollado de forma conjunta con los hospitales públicos de la Comunidad foral. La extracción de órganos es realizada habitualmente por el equipo de cirujanos del Hospital de Navarra y el trasplante al paciente receptor, por los especialistas de la Clínica.

Este año se cumple el 20 aniversario del primer trasplante hepático realizado en la Comunidad foral. En estas dos décadas, la Clínica ha realizado un total de 382 trasplantes hepáticos en 367 pacientes (15 fueron retrasplantados con posterioridad).

"Hace 20 años, la puesta en marcha del programa de trasplantes hepáticos -destacó el doctor Quiroga- fue una labor de toda la Clínica en la que colaboraron numerosos departamentos, entre los que figuran de modo destacado Cirugía, Hepatología, Anestesia, Farmacología, Hematología, Radiología, Anatomía Patológica, Bioquímica y el personal de Enfermería. Fue un éxito de un trabajo en equipo".

Durante el último año, el equipo de cirujanos de la Clínica ha realizado un total de 26 trasplantes hepáticos. De esta cifra, 6 fueron de donante vivo, una actividad iniciada hace siete años. La Clínica Universidad de Navarra es uno de los tres hospitales españoles que actualmente realiza cirugía de trasplante de hígado de donante vivo en adulto, junto al Clínic de Barcelona y al 12 de Octubre de Madrid. En total se efectuaron nueve trasplantes de esta naturaleza el año pasado en España.

AVANCES QUIRÚRGICOS

El doctor Fernando Pardo, especialista en Cirugía General de la Clínica Universidad de Navarra y director del Área de Cirugía Hepatobiliopancreática, explicó que, en los inicios, la cirugía de trasplante era la más larga y compleja de todas, con una media de 8 a 10 horas de duración y con un elevado compromiso de la vida del paciente, ya que, entre otras cuestiones, durante la intervención se producían importantes hemorragias.

"Poco a poco se fueron introduciendo mejoras técnicas que han conseguido que la cirugía sea más rápida y segura para el paciente", afirmó el especialista. Actualmente, una cirugía de trasplante se sitúa en unas 4 ó 5 horas de quirófano, por debajo de muchas operaciones dirigidas al tratamiento de diferentes tipos de cáncer.

A juicio del especialista, entre las principales mejoras de la técnica quirúrgica figura la preservación de la vena cava, que antes era necesario seccionar. "Esta cuestión ha contribuido de modo fundamental a la estabilidad hemodinámica del paciente lo que repercute en un mejor control por parte de los anestesistas". La preservación de la cava evita los graves episodios de sangrado habituales en los inicios de esta cirugía. "Pero sobre todo, lo que ha incidido en una mejora más importante de estas intervenciones -subrayó el doctor Pardo- es la mayor experiencia de todo el equipo, cirujanos, anestesistas y enfermería".

NUEVOS FÁRMACOS Y DOSIFICACIONES

Para el doctor Quiroga, las principales diferencias entre los inicios y la actualidad del trasplante hepático radican también en los cambios en la inmunosupresión. "Actualmente apenas se utiliza la ciclosporina, fundamental hace 20 años", recordó. Como consecuencia de las mejoras quirúrgicas y de los avances en la inmunosupresión "los postoperatorios actuales son globalmente menos complejos", añadió.

Además, entre los progresos que contribuyen a una mejor calidad de vida del paciente trasplantado figuran los nuevos fármacos, pero también los cambios en la dosificación, destacó el doctor Ignacio Herrero. "En este campo ha habido una evolución, no sólo tenemos mejores fármacos, sino que sabemos utilizarlos mejor", explicó.

Durante los primeros años, los principales esfuerzos de los especialistas se invertían en evitar que el injerto resultase rechazado, por lo que se administraban dosis muy elevadas de inmunosupresores, lo que a su vez provocaba un aumento del riesgo de infecciones. "Actualmente, la posibilidad de un rechazo no es preocupante", subrayó el especialista. El manejo de estos pacientes ha progresado en estas dos décadas en cuanto a evitar de forma eficaz el rechazo con dosis menores de inmunosupresores, administradas individualizadamente y controladas mediante revisiones periódicas.

Por tratarse de pacientes inmunodeprimidos, el riesgo de infecciones aumenta respecto a otro tipo de enfermos. En este sentido, el doctor Herrero subrayó asimismo el avance en los fármacos antiinfecciosos. "Hoy contamos con nuevos medicamentos muy eficaces para hacer frente a virus, bacterias y hongos". Al mismo tiempo, el seguimiento individualizado de cada paciente también contribuye a una mejor calidad de vida, ya que posibilita una dosificación más favorable de las medicaciones y un control más estrecho de posibles nuevas enfermedades.

EL TRASPLANTE DE DONANTE VIVO, UN HITO

En los últimos años, el aumento de las listas de espera para trasplante hepático, debido principalmente a la disminución de fallecidos en accidentes de tráfico, planteó en los países occidentales la necesidad de abordar los trasplantes de hígado de donante vivo.

Sin embargo, según el doctor Pardo, los programas de trasplantes hepáticos entre vivos avanzan muy lentamente. Las razones de este estancamiento y de que en adultos sólo los practiquen tres hospitales españoles residen, en opinión del cirujano, "en que se trata de un trasplante muy exigente que requiere una dedicación importante del equipo sanitario que lo acomete, ya que la duración de las dos cirugías es muy prolongada. Además, supone una mayor responsabilidad, especialmente para el equipo de cirujanos, al tener que intervenir al donante, que es una persona sana".

Sin embargo, el riesgo de mortalidad para el donante vivo se sitúa en el 0,3%, índice similar al de intervenciones por patologías banales.

A pesar del escaso número de trasplantes hepáticos de donante vivo, este especialista sostiene que existen indicios para esperar un aumento futuro, debido a la previsible ampliación del tipo de pacientes para los que estará indicado el trasplante de hígado.