Cómo nadar para reducir el dolor de espalda

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EUROPA PRESS/JCCM
Actualizado: martes, 23 junio 2015 12:29

   MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

   La natación puede ayudar a prevenir o mejorar lesiones, sin embargo hay que saber qué estilo es el que más conviene. Así, nadar a mariposa está contraindicado si se tiene algún problema de espalda ya que esa postura genera un incremento en la curvatura de la columna vertebral nada beneficioso y, además, puede provocar lesiones en el manguito de los rotadores (conjunto de músculos y tendones que proporcionan estabilidad al hombro).

   En este sentido, los expertos recomiendan nadar siguiendo uno u otro estilo según la patología que se sufra. Por ejemplo, si se tienen problemas cervicales, aconsejan nadar a crol con la cabeza fuera, a crol normal, a espalda normal y, sobre todo, a braza, si se trata de una rectificación, y a espalda con la barbilla cerca del pecho si se sufre hiperlordosis.

   Para las personas que padezcan hipercifosis dorsal recomiendan nadar a crol con la cabeza fuera, sin hiperextensión cervical, o a espalda con la barbilla alejada del pecho.

   Asimismo, en caso de patología lumbar, aconsejan nadar a crol con la cabeza dentro, y en caso de hiperlordosis, realizar todos los ejercicios de espalda y braza vertical. Además, si se tienen problemas de hombro, hay que evitar los estilos crol y espalda y nadar al estilo braza.

  Estas son algunas recomendaciones lanzadas, con motivo del periodo vacacional por los Colegios Oficiales de Fisioterapeutas del País Vasco, Madrid, Cataluña y Navarra, dentro de su campaña de prevención de lesiones '12 meses, 12 consejos de salud'. Acompañando a la campaña han lanzado un vídeo, al que se podrá acceder a través de la nueva web del colegio 'www.cofpv.org 'o a través de su cuenta de youtube, que ayuda a saber qué estilo elegir si se sufren patologías específicas.

BENEFICIOS DEL EJERCICIO ACUÁTICO

   Por otra parte, los fisioterapeutas recuerdan que la inmersión en el agua tiene una serie de beneficios para la salud, como es el efecto drenante, y el hecho de que pesamos menos, lo que ayuda en procesos de recuperación de postoperatorios, personas con artrosis y artritis, embarazadas, etc.

   Además, existe un menor riesgo de caídas para las personas mayores y se puede fortalecer la musculatura sin carga articular. "No es necesario saber nadar, basta con andar por el agua para lograr beneficios", ha explicado Herrero.

   Así, ha recordado que la fisioterapia acuática tiene como finalidad la rehabilitación o el logro de objetivos específicos físicos y funcionales.

   "Los resultados obtenidos confirman que la actividad física terapéutica, independientemente del medio en el que se desarrolle, es una buena estrategia para mejorar las variables que se consideran con más frecuencia (calidad de vida, estado general de salud física y mental, capacidad funcional y dolor) en pacientes que sufren patología crónica músculo-esqueléticas", ha asegurado.

   Asimismo, emite una serie de recomendaciones para reducir el dolor de espalda realizando ejercicios en el agua, como elegir una piscina que tenga unas cuantas profundidades diferentes, entrenar con el agua hasta la cintura y con el agua hasta el pecho, usar calzado para utilizar dentro del agua si se tienen problemas de estabilidad o equilibrio, entrar caminando a la piscina en lugar de saltar o lanzarse, y beber mucha agua antes y después para hidratar los músculos.