Murcia.- Los enfermeros piden una orden que regule la obligatoriedad de los dispositivos de bioseguridad

Actualizado: miércoles, 12 agosto 2009 17:47

El índice de infección de hepatitis B en el personal sanitario es de un 26%, respecto al de la población general que es del 10%

MURCIA, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Colegio de Enfermería de Murcia quiere que la Región se sume a las cinco comunidades españolas donde ya es obligatorio el uso de dispositivos de bioseguridad, como son Navarra, Castilla-La Mancha, Madrid, Galicia y Baleares, que ya tienen una Orden en este sentido, según informaron fuentes del citado colegio profesional en un comunicado.

Los enfermeros murcianos defienden que su profesión está expuesta a enfermedades de transmisión sanguínea a causa de pinchazos accidentales con dispositivos punzantes de uso clínico (jeringuillas, lancetas) ya utilizados con los pacientes. "Esta situación se puede evitar implantando la obligatoriedad del uso de dispositivos punzantes de seguridad por parte de la comunidades autónomas", indicaron las mismas fuentes.

Así, estos dispositivos de seguridad se componen de jeringuillas y lancetas cuyas agujas quedan inhabilitadas una vez que se han utilizado, reduciendo en más de un 85 por ciento las exposiciones percutáneas y el riesgo de contagio por parte del personal sanitario, ya que los pinchazos accidentales constituyen el 87 por ciento de este tipo de exposiciones.

Y es que, según el Estudio Multicéntrtico sobre las Características de las Exposiciones a Riesgo Biológico Hemático de los Profesionales Sanitarios (EPINETAC), cada año se producen 14 pinchazos y cortes por cada 100 camas, de los que el 46 por ciento son sufridos por enfermeros.

Además, cada año declaran en España una media de 3.666 exposiciones accidentales a sangre o material biológico. "Esto es sólo la punta del iceberg porque el miedo a la estigmatización y la marginación lleva a un elevado número de profesionales a no declarar sus accidentes", subrayaron.

De este modo, de cada 100 exposiciones accidentales declaradas de profesionales sanitarios, una de de cada 10 se expone al contagio con el virus de la hepatitis C; una de cada 20 se expone al contagio con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), con el riesgo de contraer el sida; y una de cada 50 se expone al contagio con el virus de la hepatitis B.

El alto porcentaje de posibilidades de sufrir un riesgo por punción al practicar cuidados a los pacientes está generando al personal sanitario una situación de estrés ante la posibilidad de contagio de una enfermedad infecciosa. Cabe destacar que un pinchazo accidental ocurrido con un fluido, como la sangre, infectado por un virus puede causar la baja, e incluso la incapacidad temporal del enfermero hasta que se determine si efectivamente se ha producido o no el contagio.

Esta situación se agrava especialmente cuando la punción se produce con material expuesto al virus del sida, por la necesidad de dejar pasar un período expuesto para poder saber con seguridad si el virus ha sido transmitido. En este sentido, cabe destacar que el índice de infección de hepatitis B en el personal sanitario es de un 26 por ciento, es decir dos veces y media mayor que en la población general cuya afección es del 10%.

Los datos del estudio EPINETAC los lugares más frecuentes donde se producen los pinchazos accidentales son principalmente, la habitación del paciente (34,7 por ciento), quirófanos y salas de parto (22,9 por ciento) y Urgencias (11 por ciento).

Por todo ello, los enfermeros "son el colectivo con mayor riesgo de accidentabilidad por inoculaciones accidentales y por contacto con fluidos corporales y la falta de recursos materiales también contribuye a incrementar el riesgo", destacaron.