MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Durante todo el mes de noviembre los hombres, y algunas mujeres, se dejan bigote como parte del movimiento 'Movember', con el fin de poner el foco sobre el cáncer de próstata, de testículo y los problemas de suelo pélvico en las mujeres.
Aunque cada vez se conciencia más de que los hombres deben acudir al urólogo a partir de los 50 años para revisiones periódicas de su próstata -desde los 40 años si se trata de personas con familiares de primer grado que hayan tenido cáncer de próstata, el más frecuente entre varones-, solo el 43 por ciento de los hombres españoles se somete a controles preventivos rutinarios, a pesar de la importancia que tiene una identificación precoz ya que más del 75 por ciento de los casos de cáncer de próstata o de testículo pueden superarse si hay una detección temprana.
En este sentido y, con motivo del 'Movember', el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) quiere visibilizar otros problemas relacionados con el suelo pélvico, ya que muchas personas piensan que solo afectan a la mujer.
"La población masculina debería ser consciente de la existencia e importancia del suelo pélvico y de los problemas relacionados con el mismo, para poder acudir al fisioterapeuta cuando sea necesario. Hemos de normalizar el trabajo de nuestra profesión en este ámbito y en ambos géneros a cualquier edad y no sólo cuando existe patología", afirma la secretaria general del CPFCM, Carmen Mar Rodríguez Peñas.
Con respecto a las señales de alerta, la experta explica que, tras un proceso quirúrgico o radioterápico "son frecuentes síntomas como la incontinencia urinaria, el dolor pélvico, de testículos o pene, disfunción sexual u otros síntomas como la plenitud de recto". "También pueden aparecer otras patologías, como linfedema, o problemas como cambios de peso, pérdida de masa muscular, fatiga o problemas de alteraciones cardiovasculares, entre otros", continua Rodríguez Peñas.
Además, si el hombre nota síntomas como dolor al orinar, aumento excesivo de la frecuencia, pérdidas de orina o disfunción sexual pueden ser síntomas de un suelo pélvico debilitado o de un cáncer. Ante cualquiera de estas situaciones hay que acudir a un especialista médico para que realice un diagnóstico.
EL PAPEL DE LA FISIOTERAPIA EN LA RECUPERACIÓN
Desde el Colegio de Fisioterapeutas de Madrid quieren resaltar también el papel de la fisioterapia en la recuperación y en la preparación previa a una cirugía para que el paciente la afronte en las mejores condiciones, contribuyendo a que su recuperación sea más rápida y menos dolorosa.
La rehabilitación tras una cirugía de próstata ayuda a tratar secuelas como incontinencia urinaria y disfunción eréctil, fortaleciendo la musculatura perineal y recuperando el control urinario. En el caso de una cirugía abdominal o proctológica, la fisioterapia ayuda a recuperar la elasticidad y fortaleza de los tejidos afectados, previniendo adherencias y otras complicaciones.
Cuando se produce incontinencia (por esfuerzos al reír o toser), el tratamiento de suelo pélvico permite fortalecer la musculatura y recuperar el control. En la incontinencia fecal, la rehabilitación ayuda a recuperar el control sobre gases y heces.
En la vejiga hiperactiva, es buena para mejorar síntomas como urgencia urinaria y frecuencia miccional; en la prostatitis, como complemento al tratamiento médico, para reducir la dificultad al orinar, dolor perineal y eyaculación dolorosa; en el dolor pélvico crónico la fisioterapia alivia el dolor; en el síndrome miofascial pélvico, mejora los síntomas, como puntos gatillo y dolor en la zona; en el estreñimiento, si se cronifica, aumenta la presión sobre esta zona y puede ser perjudicial para el suelo pélvico. La fisioterapia mejora la sensibilidad y función de la musculatura anal.
"La fisioterapia utiliza diferentes técnicas para abordar estos problemas, como los ejercicios de Kegel, terapia manual, radiofrecuencia, electroestimulación o la reeducación de la respiración con ejercicios de tonificación o de relajación, entre otros. Son tratamientos muy efectivos, siempre que el paciente mantenga una constancia y asuma un correcto cambio de hábitos", señala la secretaria general del CPFCM.
POSIBLES SOLUCIONES FISIOTERAPÉUTICAS
No se debe realizar cualquier tipo de ejercicio de manera autónoma, sino que previamente siempre hay que consultar con un fisioterapeuta, ya que efectuarlos de manera incorrecta puede añadir presión sobre otras zonas y empeorar el problema.
Los ejercicios de Kegel sirven para aprender a realizar una correcta contracción muscular en la zona, trabajar la resistencia y la fuerza en diferentes niveles, y relajar el suelo pélvico de manera correcta.
La terapia manual trata de manipulación y estiramientos para relajar y mejorar la función de los músculos y ligamentos del suelo pélvico. La electroestimulación estimula y fortalece los músculos del suelo pélvico a través de pequeñas corrientes eléctricas.
Por último, el Biofeedback fortalece los músculos débiles del suelo pélvico y entrena la relajación de los músculos hiperactivos y tensos del suelo pélvico.
También es importante mantener un estilo de vida saludable, lo que incluye: realizar actividad física, una correcta alimentación -cuidar la dieta disminuye un 66 por ciento el riesgo de padecer cáncer de próstata, según datos de la Asociación de Cáncer de Próstata (ANCAP); y ayudará a evitar sobrepeso o estreñimiento, entre otros beneficios-; evitar esfuerzos al orinar -ni retener ni forzar- o tomar precauciones al levantar objetos pesados para evitar lesiones en la zona del suelo pélvico -doblando las rodillas en lugar de la espalda-. Y evitar tabaco y alcohol, que pueden contribuir a generar problemas de próstata y disfunción eréctil.