MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
La monitorización remota es ya una realidad desde el punto de vista tecnológico y, sin embargo, su introducción en el Sistema Nacional de Salud (SNS), especialmente en relación a los pacientes crónicos, se enfrenta todavía a numerosas dificultades para garantizar la seguridad de estos, según ha subrayado el presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC), Jesús Lucinio Manzanares Pedroche.
"Es necesario eliminar las barreras que impiden acoger una nueva estructura, tales como la rigidez de las profesiones y los servicios al uso", ha destacado Manzanares Pedroche, quien ha abogado por la desregularización de las profesiones y los servicios en beneficio de la innovación en salud.
Esto se hace necesario ya que esta tecnología permite conocer y controlar a tiempo real el estado de un paciente en su entorno, mejorando su calidad de vida, la relación con el profesional sanitario y reduciendo el tiempo de hospitalización y, con ello, el gasto sanitario.
Y es que la cifra de personas mayores en España se duplicará hasta alcanzar los 16 millones en 2050, la mitad serán mayores de 80 años y casi 200.000 superarán los 100 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), un fenómeno que conlleva la necesidad de cambiar el modelo asistencial para abordar el problema de la cronicidad, apostando por la innovación disruptiva en salud, una cultura organizativa diferente que priorice la participación de nuevos actores, permitiendo mejorar los resultados, la equidad y la eficiencia de los sistemas de salud, según la SEEIC.
"Desde la SEEIC proponemos la apuesta por los productos o servicios con mejores resultados para la salud de los pacientes en detrimento de los que no resultan rentables desde el punto de vista sanitario, así como los registros clínicos 'inteligentes', que simplifican el abordaje de la enfermedad y la coordinación de los profesionales que asisten al paciente a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías", ha señalado Manzanares Pedroche.
Sin embargo, el presidente de la SEEIC ha añadido que "la seguridad, el coste-efectividad, el desconocimiento de las nuevas tecnologías por parte de la población mayor, en algunos casos, o el grado de aceptación del colectivo clínico/asistencial y los propios pacientes son aspectos pendientes de evaluación".
"Por ello, es necesario incidir en la cautela e implicar a los profesionales indicados y formados en el campo de las tecnologías sanitarias, que sin duda son el mayor diferencial", ha concluido.