MÉRIDA 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, recibe esta tarde en la sede de Presidencia del Ejecutivo regional, en Mérida (Badajoz), al afamado investigador Juan Carlos Izpisúa, experto en Medicina Regenerativa, una especialidad que aplica los principios de la ingeniería y las ciencias de la vida para fabricar sustitutos biológicos para mantener, restaurar o mejorar la función de órganos y tejidos en el cuerpo humano.
El encuentro del presidente con el investigador y doctor en Bioquímica y Farmacología, que actualmente trabaja al frente del laboratorio de células madre del Salk Institute de San Diego (Estados Unidos), donde dirige el Laboratorio de Expresión Génica, tendrá lugar a las 18,30 horas y en él estará también presente el consejero de Salud y Política Sociosanitaria, Luis Alfonso Hernández Carrón.
Juan Carlos Izpisúa visita Extremadura con motivo de su participación mañana en la I Jornada de Investigación e Innovación en Salud, organizadas por la Consejería de Salud y Política Sociosanitaria, a través de la FundeSalud, que se celebrará en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión "Jesús Usón" (CCMIJU) en la capital cacereña.
Izpisúa ha dedicado toda su vida a la investigación y su pasión es encontrar soluciones a enfermedades incurables. Ha dirigido el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona desde su fundación en 2004 hasta enero de 2014 y, entre otros trabajos, destaca su propuesta de una técnica con la que crear tejidos en cerdos para ser trasplantados en humanos.
SU INVESTIGACIÓN
La investigación que Juan Carlos Izpisúa está desarrollando en el Salk Institute for Biological Studies, se fundamenta en el estudio de cómo los genes y las moléculas orquestan el desarrollo de un embrión, explica en nota de prensa el Gobierno extremeño.
Su investigación ha ayudado a descubrir algunas de las moléculas que instruyen a las células madre embrionarias para dar lugar a tipos específicos de células durante el desarrollo embrionario, y cómo estas células interactúan unas con otras para formar tejidos y órganos con función y morfología correcta. Esto asegura que los órganos del cuerpo se desarrollan y funcionan correctamente y, al mismo tiempo, se colocan en la posición correcta.
Además de mejorar el conocimiento sobre el desarrollo humano temprano, sus actividades de investigación son relevantes para la comprensión de las causas que subyacen a defectos congénitos humanos, así como para el desarrollo futuro de la medicina regenerativa.
El investigador ha desarrollado una propuesta innovadora y prometedora en esta línea que pasa por la utilización del cerdo. Su investigación apuesta por que este animal sea la fábrica donde se generen órganos humanos listos para el trasplante.
LA TÉCNICA DE IZPISÚA
La anatomía, la fisiología y la genética entre los humanos y el cerdo es muy parecida. De hecho, son muchas las sustancias del organismo porcino que se utilizan en personas con fines médicos, como la insulina, una hormona esencial para los diabéticos, informa en nota de prensa el Gobierno autonómico.
En su trabajo sigue una técnica para modificar el embrión de un cerdo para que su ADN no genere un órgano. Esto se consigue quitándole al embrión los genes responsables de ese órgano. El embrión, que de esta manera sería inviable, se complementa inyectándole otras células.
Ese segundo paso se hace tomando células de la piel de otro animal y se modifican para regresarlas a un estadio más primitivo. Al insertarlas en el embrión carente de ese órgano, las células se diferencian en aquellas que formarán el órgano faltante, que genéticamente pertenece al animal donante.
Según afirma el investigador, ya han conseguido generar órganos así con animales de la misma especie (entre ratones o entre cerdos) y con especies diferentes, entre rata y ratón y la idea es poder trasladar este experimento al ser humano.
Para que esto sea posible, la clave del "éxito" estará en superar dos retos, explica Izpisúa. Por un lado, hay que identificar todos los genes responsables de la formación de un órgano en un animal, porque si no se logra podría formarse, por ejemplo, un hígado un 80% humano y un 20% porcino. La otra barrera es evitar el rechazo del órgano criado en un animal aunque de origen humano.
Son dos "problemas" que el equipo de Izpisúa pretende solucionar tras "obtener" las aprobaciones de los protocolos y permisos necesarios de las autoridades americanas, algo en lo que están "envueltos ahora" para iniciar su propuesta de desarrollar órganos humanos en cerdos.