Archivo - Médico estudiando el cerebro de un paciente. - IPOPBA/ISTOCK - Archivo
MADRID 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 52 por ciento de los neurólogos ha asegurado que se encuentra frecuentemente con crisis ocultas en pacientes con epilepsia que se consideraban controladas, según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Neurología (SEN), lo que evidencia "diferencias relevantes" tanto en los criterios empleados para considerar si la epilepsia está bien manejada como en las pautas de seguimiento.
Esta situación puede explicarse igualmente por crisis que pasan inadvertidas, como episodios nocturnos, síntomas breves o sutiles que se normalizan o incluso la decisión de no informar por temor a cambios terapéuticos, lo que puede retrasar decisiones clínicas clave y limitar la mejora de la calidad de vida, la salud emocional y el rendimiento cognitivo de quienes conviven con epilepsia.
"La epilepsia continúa asociada a un estigma que puede llevar al paciente a minimizar u ocultar episodios por miedo a las consecuencias laborales o a restricciones en su vida diaria. Es difícil abordar un problema que permanece oculto", ha afirmado uno de los neurólogos del Hospital Universitario Donostia, el doctor Juan José Poza, durante un simposio organizado por Angelini Pharma en el marco de la Reunión Anual de la SEN.
Es por ello por lo que ha pedido "romper el estigma" y hablar abiertamente sobre la enfermedad, de forma que el paciente "confíe, comparta y, sobre todo, reciba el tratamiento" que necesita.
Asimismo, ha lamentado que "en ocasiones" se asume como aceptable la persistencia de crisis breves, nocturnas o no muy incapacitantes, pero que el objetivo terapéutico "debe ser siempre la libertad completa de crisis".
Alrededor del 40 por ciento de los pacientes con epilepsia sigue experimentando crisis a pesar de haber recibido al menos dos medicamentos anticrisis previos, motivo por el que los expertos que han participado en la jornada han subrayado que no avanzar en la optimización del tratamiento tiene consecuencias directas en la evolución de la enfermedad.
Aunque sean menos visibles, la persistencia de las crisis incrementa el riesgo de comorbilidades psiquiátricas como depresión y ansiedad, y puede causar alteraciones cognitivas, afectando a la memoria, la concentración y la capacidad laboral.
Para evitar estos retrasos en la toma de decisiones terapéuticas, han destacado la importancia de realizar reevaluaciones periódicas, reforzar la educación sanitaria, reforzar los circuitos asistenciales y facilitar la derivación a unidades especializadas cuando exista cualquier duda sobre el control real de las crisis.
"Es fundamental disponer de tiempo adecuado para reevaluar al paciente y garantizar un acceso ágil a unidades especializadas, especialmente en aquellos casos en los que persisten dudas sobre el control real de la enfermedad", ha añadido el doctor Poza.
El director del departamento de Asuntos Médicos en Angelini Pharma España, Daniel Pérez, ha indicado que existen situaciones donde el control total de crisis no es real, al no poder identificarse correctamente o no son notificadas por parte del paciente, lo que puede seguir condicionando su "bienestar emocional, vida social y oportunidades".
"Cuidar la salud del cerebro es cuidar la vida en su sentido más amplio. Seguiremos trabajando para ofrecer soluciones innovadoras que contribuyan a mejorar el día a día de quienes conviven con epilepsia y el de su entorno", ha concluido Pérez.