GINEBRA 22 May. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Siria ha pedido ayuda internacional este miércoles para reconstruir el sistema de salud que, según fuentes oficiales del régimen, ha sido destruido por los "terroristas". Los informes de la ONU, por su parte, señalan como culpable a las fuerzas del Gobierno de Bashar Al Assad.
En un discurso a los ministros de los países miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el titular de Sanidad sirio, Saad Al Nayef, ha dicho que su Gobierno ha hecho "el máximo esfuerzo" para salvar vidas.
"Os hago una llamada a todos, os hago una llamada para reconstruir nuestras infraestructuras, para restablecer nuestros centros de salud, para volver a levantar nuestro sistema de salud y, por favor, os suplico que levantéis el bloqueo, el embargo que sufrimos y que ha tenido un impacto muy negativo en mi país", ha añadido.
Según Al Nayef, la guerra ha destruido el sistema de salud, ha matado a 200 profesionales sanitarios, entre los que se incluyen 11 doctores disparados en un control. Además, 700 centros de salud han sido destruidos, 450 ambulancias atacadas y 38 hospitales están fuera de servicio. "Los grupos terroristas han causado todo este daño", ha señalado.
Sus declaraciones contradicen a la comisión independiente de investigación de la ONU sobre Siria que sostiene que las fuerzas del Gobierno destruyeron hospitales y atacaron al personal médico.
Un alto cargo humanitario de la ONU, John Ging, ha asegurado este mes que el Gobierno sirio ha negado la atención médica a los heridos y ha retirado el material sanitarios de los camiones de ayuda, lo que ha calificado como "una abominación, indescriptiblemente inaceptable en 2014".
"Hemos hecho todo lo que hemos podido", ha expresado el ministro de Sanidad sirio ante la Asamblea Mundial de Salud. "Tenemos una guerra terrorista que se ha sido agudizando en estos tres años, y tanto los seres humanos como las infraestructuras físicas se han convertido en el objetivo, así como los considerables daños al medio ambiente".
Al Nayef ha culpado a los terroristas por la nueva expansión de la polio en Siria y por los cortes de agua y electricidad en la ciudad de Alepo.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, ha asegurado que el Gobierno comparte la culpa por "ignorar los Derechos Humanos Internacionales y la ley humanitaria" en Alepo. "Se han intensificado los bombardeos y los ataques aéreos durante los últimos seis meses, incluido el uso incontrolado de barriles bomba", ha añadido.
El suministro de agua en Alepo se reparó decenas de veces solo en abril, la mayoría después de los bombardeos, según ha explicado Pillay. La milicia rebelde Frente Al Nusra también ha cortado de manera deliberada el acceso al agua durante varios días en mayo.
La OMS ha sido cuidadosa de no culpar a ninguno de los dos bandos por el colapso del sistema sanitario, los ataques contra el personal sanitario o la expansión de la polio.
Una investigación de Reuters del pasado diciembre descubrió que el Gobierno de Siria había excluido a la provincia rebelde de Deir al Zor de la campaña de vacunación contra la polio desde 2012. La explicación oficial fue que la mayoría de los residentes habían huido, a pesar de los cientos de miles que permanecían.
Al Nayef ha culpado a "las campañas de difamación y a las visiones distorsionadas que están propagando los medios de comunicación y las organizaciones humanitarias" por debilitar el sistema de salud.
La directora de la OMS, Margaret Chan, ha intervenido este miércoles en el foro "Cuidado sanitario bajo ataque: una llamada para la acción", pero no ha querido hacer comentarios sobre las declaraciones del ministro sirio.
(EUROPA PRESS INTERNACIONAL)