Médicos rehabilitadores destacan a la hidroterapia como una "prometedora" herramienta en la recuperación tras un ictus

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Publicado: martes, 28 octubre 2025 18:18

MADRID 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

La responsable por parte de rehabilitación de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario de la Princesa y miembro de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), la doctora Arancha Vázquez Doce, ha destacado este martes a la hidroterapia como una "prometedora" herramienta en la recuperación de los pacientes tras un ictus.

Esta modalidad se basa en ejercicios terapéuticos individualizados realizados en el agua, guiados por profesionales, y aprovecha las propiedades físicas del medio acuático, como la flotación y la resistencia, para facilitar movimientos que pueden ser muy difíciles o imposibles en tierra firme.

"Pacientes que no son capaces de caminar sobre suelo firme logran dar pasos en el agua sin impedimentos, gracias al efecto de descarga de peso", ha explicado la doctora Vázquez con motivo del Día Mundial del Ictus, que se conmemora este miércoles.

La especialista ha citado un reciente metaanálisis que revisa los diez estudios disponibles sobre hidroterapia postictus, que confirma una mejoría significativa en el equilibrio y la calidad de vida de los pacientes que participaron en programas en medio acuático, en comparación con aquellos que siguieron solo tratamiento convencional.

Además, se han observado avances clínicos en variables como la fuerza o la marcha, aunque aún no se alcanzan niveles de significación estadística, en parte por la heterogeneidad de las investigaciones existentes.

Sin embargo, ha detallado que no se trata de una terapia universal, y que solo debe aplicarse de forma "personalizada" y con supervisión especializada, como parte de un abordaje integral.

La hidroterapia se suele incorporar en la fase subaguda del proceso de rehabilitación, una vez superada la fase aguda y estabilizado el paciente, observándose beneficios especialmente en aquellas personas con secuelas motoras, alteraciones del equilibrio o espasticidad.

El tipo de ejercicio también puede variar según el paciente, y se incluye desde el trabajo de fuerza con bandas elásticas o pesas, hasta reentrenamiento de la marcha y ejercicios de terapia ocupacional acuática orientados a tareas concretas.

La doctora Vázquez también ha advertido de que no deben emplearse programas acuáticos genéricos, como los diseñados para población general, ya que pueden resultar inadecuados o incluso perjudiciales para personas con daño neurológico.

"La hidroterapia puede ser muy beneficiosa, pero no es aplicable a todos los pacientes ni en todos los contextos (...) Se necesita personal especializado, instalaciones adecuadas y protocolos adaptados. No es viable como tratamiento sistemático para todos los pacientes con ictus, pero sí como recurso complementario allí donde esté disponible", ha añadido.

Según estimaciones de SERMEF, entre un 20 y un 30 por ciento de los pacientes requerirá rehabilitación a largo plazo, tratándose de un "pilar esencial" en el proceso de recuperación de aquellas personas con secuelas, como pueden ser los déficits motores, las alteraciones del lenguaje y los déficits cognitivos, todos ellos con un fuerte impacto funcional y un detrimento de la calidad de vida de los pacientes.

La duración del proceso rehabilitador varía en función de cada caso, pero generalmente alcanza el máximo rendimiento funcional entre los tres y seis primeros meses tras el evento vascular. Este proceso debe comenzar "cuanto antes", y debe ser abordado desde un modelo interdisciplinar y adaptado a las necesidades individuales del paciente.

"La incorporación de recursos como la hidroterapia es un ejemplo del camino que debemos seguir: terapias seguras, basadas en la evidencia y centradas en mejorar la calidad de vida de las personas", ha concluido la especialista.

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