MADRID 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
La médica de familia Elena Díaz ha señalado que la deprescripción en pacientes polimedicados -aquellos que toman cinco o más medicamentos al día durante al menos seis meses en un año- y con cuadros clínicos complejos es uno de los mayores desafíos actuales, por lo que ha instado a llevar a cabo este proceso con seguridad.
Díaz ha destacado que los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria tienen un papel destacado en la deprescripción: "Son clave por tener una visión longitudinal, integral y conocedora de la familia y el sistema de cuidados y de soporte del paciente. Revisar periódicamente el tratamiento es una herramienta con alto valor clínico que también puede ser realizada en conjunto con el equipo de enfermería", ha indicado durante el congreso anual de la semFYC en Madrid.
La experta ha explicado que la deprescripción no significa quitar tratamientos sino garantizar que los fármacos que toma el paciente le aporten más beneficios que perjuicios en base a su situación vital. "Para ayudar a deprescribir con seguridad en consulta, es fundamental conocer la historia de vida del paciente, así como su relación con la patología y sus preferencias", ha apuntado.
EL 35,2% DE LA POBLACIÓN UTILIZA AL MENOS UN MEDICAMENTO REGULARMENTE
De acuerdo con los datos recogidos en la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria (BDCAP), en 2024, el 35,2 por ciento de la población en España utiliza al menos un medicamento de forma regular. Dentro de este grupo, el 8,4 por ciento está en situación de polimedicación. De ellos, el 7,4 por ciento consume entre cinco y nueve medicamentos, mientras que un 0,9 por ciento presenta un nivel de polimedicación severa, al utilizar diez o más tratamientos de manera simultánea; prácticamente, 1 de cada cien personas consume más de 10 fármacos distintos al día.
Sandra Pérez Santos, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, explica que "cuanto mayor es el número de fármacos que se toman existe un mayor riesgo de interacciones, efectos adversos y fallos en su administración. Además, también conllevan una menor adherencia al tratamiento".
Uno de los fenómenos unidos a la polimedicación es la llamada cascada terapéutica, que ocurre cuando un evento adverso relacionado con un medicamento lleva a pautar un nuevo posterior para tratar el efecto adverso. Esta prescripción en cascada favorece el aumento de los eventos adversos; e intensifica las interacciones farmacológicas, que pueden producir efectos nocivos o disminuir la acción de alguno de los fármacos. Además, empeoran la calidad de vida y llevan a un aumento los ingresos hospitalarios.
Según las expertas, los principales obstáculos que se encuentran al intentar reducir el número de fármacos en pacientes complejos son "la reticencia del paciente o la familia a suspender fármacos que eran 'para toda la vida', miedo del profesional a que haya un empeoramiento clínico, la falta de tiempo en la consulta y los múltiples prescriptores sin coordinación entre distintas especialidades".
OPIOIDES O BENZODIACEPINAS, A EXAMEN ANTES DE PRESCRIBIR
Pérez detalla que "los fármacos potencialmente inadecuados y prescritos de forma crónica son los antiinflamatorios, los antihipertensivos (IECAS, diuréticos y bloqueantes de canales de calcio) y aquellos que actúan sobre el sistema nervioso central, tales como opioides, benzodiacepinas, antidepresivos o fármacos antidemencia".
Añade también que algunos de los efectos adversos habituales pueden ser de carácter leve, como el estreñimiento, pero también son frecuentes eventos como la hipotensión, síncopes, caídas, alteraciones cognitivas, insuficiencia renal o sarcopenia. El impacto de todos ellos es mayor en pacientes más frágiles, con multimorbilidad o con deterioro cognitivo".
Otra de las causas de la polimedicación es la falta de revisión periódica del tratamiento, dado que a menudo no se reevalúa si siguen siendo necesarios, ni se comprueba si realmente están indicados en función de las características individuales del paciente.
"Se pierde la visión global del paciente y el seguimiento del mismo, pudiendo producir reacciones adversas perjudiciales para el paciente. El hecho de que haya múltiples prescriptores también puede contribuir a la prescripción en cascada", sentencia Pérez.