MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) han descubierto un proceso de reparación del cerebro hasta ahora desconocido que esperan poder aprovechar para tratar las lesiones cerebrales relacionadas con las convulsiones y mejorar la calidad de vida de los pacientes con epilepsia.
Los fármacos habituales para prevenir las convulsiones no funcionan en aproximadamente un tercio de estos pacientes, por lo que se necesitan nuevos y mejores tratamientos para estas lesiones cerebrales. Este descubrimiento, en cambio, identifica una posible vía, inspirada en la respuesta inmunitaria natural del cerebro.
Mediante el uso de imágenes de alta potencia, los investigadores pudieron ver, por primera vez, que las células inmunitarias llamadas "microglía" no se limitaban a eliminar el material dañado tras las convulsiones experimentales, sino que parecían estar curando las neuronas dañadas.
"La idea de que la microglía podría utilizarse para mejorar las crisis epilépticas ha recibido un apoyo genérico cada vez mayor, pero se carecía de pruebas directas y visualizadas de cómo podrían hacerlo", ha expresado el investigador Ukpong B. Eyo, del Departamento de Neurociencia de la UVA, el Instituto del Cerebro de la UVA y el Centro de Inmunología Cerebral y Glía (BIG) de la UVA. "Nuestros resultados indican que la microglía puede no estar simplemente limpiando los desechos, sino proporcionando apoyo estructural para la integridad neuronal que puede tener implicaciones incluso más allá del ámbito de las convulsiones y la epilepsia".
UNA RESPUESTA SORPRENDENTE A LAS CONVULSIONES
Los nuevos hallazgos provienen de una colaboración de científicos de la Universidad de Virginia, la Clínica Mayo y la Universidad de Rutgers (Estados Unidos). Utilizaron una técnica avanzada de obtención de imágenes denominada microscopía de dos fotones para examinar lo que ocurría en los cerebros de ratones de laboratorio después de sufrir convulsiones graves. Lo que vieron, tal y como señalan los investigadores, "fue extraño e inesperado".
En lugar de limitarse a limpiar los residuos, la microglía empezó a formar bolsas. Estas bolsas no se tragaban el material dañado, como hacen muchas células inmunitarias. En cambio, empezaron a atender a las dendritas hinchadas, las ramas de las células nerviosas que transmiten los impulsos nerviosos. Los científicos se dieron cuenta de que no estaban eliminando, sino que parecían estar curando.
Estas extrañas bolsas (los científicos las denominaron "bolsas de proceso microglial") se mantuvieron durante horas. A menudo se encogían, pero estaba claro que hacían algo beneficioso, porque las dendritas a las que se dirigían acababan teniendo un aspecto mejor y más saludable que las que no lo hacían.
"No encontramos que la microglía se "comiera" los elementos neuronales en este contexto", ha aclarado Eyo. "Más bien, vimos una fuerte correlación entre estas interacciones y una resolución estructural de las neuronas lesionadas que sugiere un proceso de 'curación'", ha añadido.
Los nuevos conocimientos sobre la respuesta inmunitaria del cerebro apuntan a los científicos hacia nuevas y prometedoras direcciones. "Aunque estos descubrimientos son apasionantes, aún queda mucho por hacer para seguirlos. Por ejemplo, quedan por identificar los mecanismos precisos que regulan las interacciones. Además, por el momento, la característica de "curación" se sugiere a partir de resultados correlacionales y se requieren estudios más definitivos para certificar la naturaleza de la "curación"", adelanta Eyo. "Si estas preguntas pueden responderse, proporcionarán una base para desarrollar enfoques que mejoren este proceso en contextos de convulsiones", asegura.
Eyo ya ha recibido dos subvenciones por un total de casi 5 millones de dólares de los Institutos Nacionales de Salud para continuar su estudio de la microglía. La financiación le permitirá estudiar cómo las células inmunitarias ayudan a regular la función vascular, lo que podría ser importante en enfermedades como el Alzheimer, y su papel en los trastornos de hiperactividad cerebral, como las convulsiones febriles que pueden desencadenar la epilepsia. "Con esta nueva financiación, estamos deseosos de aclarar las funciones de la microglía en los trastornos convulsivos y la función vascular", ha anunciado.