MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Nacional de Singapur han analizado la investigación realizada sobre las mascarillas y su uso y resumieron lo que se sabe hasta la fecha sobre la forma en que filtran o bloquean el virus, así como los problemas de diseño que aún deben abordarse, y han comprobado que la pandemia podría detenerse si al menos el 70% del público usara mascarillas constantemente, según publican en la revista 'Physics of Fluids'.
Un aspecto clave de la función de la mascarilla implica el tamaño de las gotitas de líquido expulsadas por la nariz y la boca cuando una persona habla, canta, estornuda, tose o incluso simplemente respira. Las gotas más grandes, con tamaños de entre 5 y 10 micrones, son las más comunes. Sin embargo, estas gotas aún son bastante pequeñas. En comparación, un cabello humano tiene aproximadamente 70 micrones de diámetro.
Incluso las gotas más pequeñas, las de menos de 5 micrones, son posiblemente más peligrosas. Estos pueden convertirse en aerosol y permanecer suspendidos en el aire durante períodos prolongados. Entre los muchos tipos de máscaras en uso (máscaras de tela, máscaras quirúrgicas y máscaras N95), solo las N95 pueden filtrar gotas del tamaño de un aerosol.
El rendimiento de las mascarillas que se usan durante muchas horas, por ejemplo, por parte del personal de atención médica u otros trabajadores esenciales, influye en la eficacia en general del uso de la máscara. El confort térmico es un tema importante, especialmente en ambientes cálidos y húmedos.
Los investigadores encontraron que las mascarillas hechas de materiales poliméricos híbridos podían filtrar partículas con alta eficiencia mientras simultáneamente enfriaban la cara. Las fibras utilizadas en estas máscaras especiales son transparentes a la radiación infrarroja, lo que permite que el calor se escape por debajo de la máscara.
"Podría haber alguna relación entre la resistencia a la respiración y la resistencia al flujo de la mascarilla, lo que deberá estudiarse durante un intervalo de uso de la mascarilla --explica el autor Heow Pueh Lee--. Además, la condición ambiental en el espacio compartimental dentro de la máscara facial deberá cuantificarse con mayor precisión utilizando sensores miniaturizados y el desarrollo de réplicas humanas para tales estudios".
Los investigadores también revisaron estudios epidemiológicos destinados a descubrir si las mascarillas reducen el número de reproducción efectiva. Si el número de reproducción cae por debajo de 1, la epidemia deja de propagarse. Un estudio utilizó datos de COVID-19 del estado de Nueva York.
"Los resultados sugieren que el uso constante de mascarillas faciales eficientes, como las quirúrgicas, podría conducir a la erradicación de la pandemia si al menos el 70% de los residentes usan estas mascarillas en público de manera constante --asegura el autor Sanjay Kumar--. Incluso las máscaras de tela menos eficientes también podrían ralentizar la propagación si se usan de manera constante".