MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) han dado nuevos pasos para lograr una vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS). Sus hallazgos ofrecen una estrategia para encontrar una vacuna lo suficientemente débil como para no provocar la enfermedad, pero lo suficientemente fuerte para provocar una respuesta inmune amplia, y asegurándose de que el cuerpo reconozca el RSV como un intruso en el futuro.
En su estudio, publicado este miércoles en la revista 'Nature Communications', los investigadores explican cómo han tenido éxito en eliminar una modificación epigenética conocida como N6-metiladenosina en el ARN del VRS, una técnica que ha demostrado que provoca una inmunidad robusta respuesta en ratas.
Utilizando una técnica llamada genética inversa, los investigadores generaron VRS defectuoso en la metilación de N6-metiladenosina, una de las modificaciones más comunes que las células hacen al ARN. "El uso de este virus modificado en una vacuna puede mejorar la respuesta inmune innata de una persona, un desafío que ha impedido el desarrollo de esta inmunización en el pasado", explica la autora principal del estudio, Miaoge Xue.
Este descubrimiento también podría hacer que la producción de vacunas sea económicamente más factible porque no frena el crecimiento del VRS en el laboratorio, un paso crítico en la producción de vacunas. El VRS es común, se propaga fácilmente y generalmente causa síntomas leves parecidos al resfriado. Pero en casos severos, particularmente en bebés menores de un año y ancianos, puede ser mortal. Mata a unos 14.000 estadounidenses mayores cada año, y es la razón principal de hospitalizaciones pediátricas. En todo el mundo, más de 80,000 niños mueren por estas infecciones cada año.
La Fundación Bill y Melinda Gates está apoyando la investigación para desarrollar una vacuna que pueda administrarse a madres embarazadas que, a su vez, producen anticuerpos y los transmiten a su feto antes del nacimiento para prevenir el VRS en la infancia. Pero a los 6 meses de edad, esa protección se desvanecería, dejando al niño vulnerable nuevamente.
"Se administraría una vacuna basada en este nuevo estudio a un bebé aproximadamente en ese momento, para estimular el sistema inmunitario del bebé de modo que el cuerpo del bebé pueda producir sus propios anticuerpos y células T el próximo invierno para que no se enfermen si se enferman. están infectados con RSV", argumentan los investigadores.
Así, explican que su técnica también deja al virus genéticamente estable, lo que significa que un VSR vivo, atenuado (debilitado) con estas mutaciones no podría volver a un virus más fuerte y causar estragos en el cuerpo humano. Esta es una preocupación importante sobre la vacuna, ya que en los 60 se probó una vacuna experimental de 0virus muertos' en niños y aumentó inesperadamente las posibilidades de hospitalización cuando se infectaron con VRS.
Desde entonces, la investigación se ha centrado en una vacuna 'viva' atenuada. Hasta el momento, no se ha conseguido crear una vacuna que sea genéticamente estable y que tenga el equilibrio adecuado de seguridad y protección. "El VRS se aisló un año después que el virus del sarampión, en la década de 1950. Nueve años después, tuvimos una vacuna contra el sarampión, y 60 años después, todavía no tenemos una para el VRS, pero este estudio nos acerca más", aseguran los investigadores.