MADRID 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Entre el 70 y el 80 por ciento de los pacientes que padecen hemofilia grave no sufren hemorragias graves en un año gracias a las terapias de última generación, según se ha puesto de manifiesto en el XXXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), que se celebra hasta el próximo sábado en Barcelona junto al de la Sociedad Española de Hematología y Hemostasia (SEHH) y la Sociedad internacional de Hematología (ISH, en sus siglas en inglés).
"Actualmente contamos con muchos tratamientos altamente efectivos y seguros para la hemofilia que han mejorado la esperanza de vida en pacientes que comenzaron a tratarse en la era de la profilaxis (...) Hay muchas terapias nuevas en desarrollo, incluida la terapia génica", ha dicho el doctor del Sheffield Teaching Hospital en Reino Unido, Michael Makris.
Precisamente sobre la terapia génica apuntó que a principios de 2023 se esperan tener aprobados los tratamientos basados en ella, tanto para la hemofilia A como para la B. "Ambos se basan en vectores adenoasociados y, aunque pueden proporcionar una corrección fenotípica, todavía existen muchas preguntas sin respuesta, incluida la seguridad a largo plazo", ha enfatizado.
Además, añade, es probable que la administración de la terapia génica se realice a través de un pequeño número de centros. En cuanto a su financiación por los sistemas sanitarios, la opinión de este especialista es menos optimista. "Habrá que ver si los gobiernos pagarán lo que, al menos inicialmente, tendrá un coste muy elevado", ha recalcado.
Por otro lado, y respecto a la enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), la tercera patología vascular más frecuente tras el infarto agudo de miocardio y el ictus, la doctora del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Sara Martín Herrero, ha comentado que su incidencia es de 10 millones de casos al año, siendo una enfermedad poligénica, multisistémica, multifactorial y con una potente integración gen-gen y gen-ambiente, lo que dificulta definir la etiopatogenia de la misma.
"Un 50 por ciento de los pacientes que presentan un evento de ETEV no tiene un factor desencadenante conocido asociado. La inteligencia artificial (IA) y el análisis de big data abren una ventana de oportunidades para esclarecer muchas de las preguntas que actualmente se presentan acerca de esta patología", ha argumentado Martín.
El futuro de los pacientes con tromboembolismo venoso ha centrado la ponencia de la doctora del Leiden University Medical Center en Países Bajos, Cindy de Jong, ha subrayado la importancia de trabajar en la asistencia sanitaria basada en el valor, lo que ayudará a orientar mejor los esfuerzos para una mejora de la calidad de vida de los pacientes.
En este sentido, ha destacado el estudio en el que trabajan actualmente centrado en los resultados de la práctica clínica diaria en torno a los pacientes con tromboembolismo venoso, de forma que ellos mismos, junto a los profesionales sanitarios implicados, participen activamente en la atención que reciben.