MADRID 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
Más del 40 por ciento de los pacientes tiene importantes carencias informativas sobre sus tratamientos farmacológicos, según ha mostrado el 'Programa D-Valor', presentado en la jornada 'El valor del farmacéutico comunitario y del medicamento en el Sistema Nacional de Salud'.
Esta jornada ha sido organizada por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), la Fundación PharmaceuticalCare y Correo Farmacéutico, con el apoyo de Mylan y el aval del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
"Iniciativas como D-VALOR demuestran que el farmacéutico comunitario tiene mucho que ofrecer y debería ser, por sus conocimientos y proximidad a los pacientes, el profesional de referencia para mejorar el cumplimiento terapéutico. Sin el farmacéutico no se puede hacer un abordaje integral de los pacientes, especialmente los crónicos, ni mejorar la eficiencia del Sistema Nacional de Salud (SNS)", ha comentado el presidente de la SEFAC, Jesús Gómez.
En concreto, este programa ha sido el "mayor estudio" realizado en España para evaluar la dispensación farmacéutica como elemento imprescindible en la mejora de la atención a los pacientes y los conocimientos que estos tienen sobre sus tratamientos. Para ello, se ha entrevistado a más de 2.500 farmacéuticos y se han registrado 200.000 dispensaciones de cinco de los grupos terapéuticos más habituales en las farmacias comunitarias: bifosfonatos, antiasmáticos, benzodiacepinas, estatinas y AINE.
De esta forma, la investigación ha desvelado que un porcentaje "elevado" de los pacientes tiene carencias significativas sobre sus terapias, influyendo en la percepción que éstos tienen de la seguridad y efectividad de los tratamientos. Un hecho que, a juicio de los especialistas, podría comprometer el cumplimiento terapéutico y generar la aparición de problemas relacionados con la medicación.
Asimismo, el Programa ha mostrado la necesidad de que el farmacéutico, por sus conocimientos, capacidad y proximidad a los pacientes, sea el profesional sanitario de referencia para resolver ese "amplio margen" de mejora en la información que reciben los enfermos.
Del mismo modo, ha señalado la importancia de impulsar más la investigación en la farmacia comunitaria de cara a evidenciar y resaltar los beneficios que tiene la labor asistencial de los farmacéuticos para los pacientes y el sistema sanitario. En este sentido, considera "fundamental" la colaboración entre sociedades científicas, organizaciones colegiales e industria farmacéutica para propiciar este impulso.
Además, el estudio ha indicado que la implantación de un catálogo de servicios profesionales en materia de medicamentos y salud pública en la farmacia comunitaria puede contribuir a fortalecer el nivel asistencial de la atención primaria y a reducir la carga asistencial de los centros de salud.
"La Administración debería valorar esta posibilidad de cara a establecer una cartera básica retribuida que garantice una prestación de estos servicios equitativa y de calidad, al margen de que los pacientes, libremente, pagaran por otros servicios que cubran otro tipo de necesidades", han apostillado los responsables del programa.
Por último, dentro de las aportaciones del farmacéutico comunitario a la reducción de la presión asistencial de los centros de salud, los investigaciones han abogado por estudiar la posibilidad de que los farmacéuticos comunitarios puedan indicar determinados medicamentos que precisan prescripción médica, basándose en protocolos consensuados con las sociedades científicas médicas.