MADRID 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las Casas Ronald McDonald de España, que ofrecen estancia gratuita a familias con hijos que reciben tratamientos de larga duración en hospitales lejos de sus hogares, acogieron en 2023 a más de 300 menores diagnosticados de cáncer, lo que supone un 27 por ciento del total de pacientes alojados durante el año.
Con motivo de la celebración del Día Internacional contra el Cáncer Infantil, conmemorado cada 15 de febrero, la Fundación Infantil Ronald McDonald recuerda que cuando se produce un diagnóstico de este tipo, la situación obliga a al menos uno de los progenitores a desplazarse durante días, semanas e incluso meses a una localidad distinta a su lugar de residencia.
A esto se suma que, durante el periodo de tratamiento, tienen que pasar día y noche en los sillones para acompañantes de los centros hospitalarios o, cuando su economía se lo permite, en alojamientos hoteleros.
"Cuando escuchamos un diagnóstico de cáncer en un niño se nos estremece el alma pensando en la enfermedad, pero no somos conscientes de lo que esto supone para el núcleo familiar cuando el menor tiene que ser atendido fuera de su localidad: separación de hermanos, dedicación exclusiva de un progenitor, alojamiento durante el tratamiento", señala el director de la Fundación, José Antonio García.
En este sentido, las Casas Ronald McDonald ubicadas en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Sevilla suponen una herramienta de la que disponen sus hospitales para proponer a las familias que tienen necesidad de alojamiento.
Los criterios de asignación de plaza se basan en la distancia del hospital respecto a sus lugares de residencia, tratamiento ambulatorio, duración prevista de la estancia y número de hermanos menores. Una vez verificado este proceso, las familias seleccionadas realizan una entrevista de acogida en la Casa y firman un compromiso para la estancia.
Desde la fundación, señalan que estas instalaciones suponen un respiro para las familias alojadas no sólo a nivel económico o de residencia, sino también a nivel emocional, ya que pueden compartir los momentos más duros y los avances con otras personas que están viviendo situaciones similares.
En el caso de Deiene, madre de una paciente hospedada en la Casa de Madrid, debido a que su hija, siendo un bebé, tuvo que recibir un ciclo de quimioterapia en el Hospital de Niño Jesús, tuvieron que desplazarse ya que vivían lejos.
"Al principio éramos un poco reacios a entrar en un espacio con mucha más gente. Sin embargo, durante la estancia, conocimos a más familias en la misma situación que nosotros y ha sido muy bonito poder hablar y desahogarse sin ser juzgados, y con gente que te entiende. Al final nos ha dado pena irnos", concluye Deiene.