MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
Mantener a temperatura ambiente el hígado de un donante durante las horas previas al trasplante podría disminuir un 20 por ciento el número de muertes en las listas de espera, según un estudio realizado por investigadores internacionales, entre los que se encuentran españoles, y que ha sido publicado en la revista 'Nature' y recogido por la plataforma Sinc.
Para alcanzar esta conclusión, los científicos compararon el almacenamiento en frío convencional con la perfusión de máquina normotécnica en 220 pacientes con trasplante de hígado. De esta forma, al medir el daño hepático, encontraron que las lesiones eran un 50 por ciento menores con el nuevo método que al conservarlos en frío.
"El suministro de hígados es inadecuado, lo que supone el gran reto al que se enfrentan las personas que necesitan este tipo trasplante. El mayor riesgo al que está expuesto un paciente de estas listas de espera en cualquier parte del mundo es morir antes de ser operado", ha explicado el investigador del departamento de Ciencias Quirúrgicas en la Universidad de Oxford (Reino Unido), David Nasralla.
Y es que, cuando los donantes mueren a causa de problemas cardiovasculares, los órganos representan un riesgo para el receptor, con una mayor probabilidad de que el hígado nunca funcione o de que lleve a complicaciones posteriores. Además, el daño durante la refrigeración previa al trasplante también hace que muchos de estos órganos pasen a considerarse de alto riesgo y la viabilidad hepática no se puede medir mientras el hígado se encuentra preservándose en frío porque se anula la actividad celular normal.
En este sentido, los científicos han descubierto que conservar los hígados a la temperatura corporal puede mejorar los resultados de futuros trasplantes y aumentar el número de posibles donantes de este órgano, reduciendo las tasas de mortalidad en la lista de espera.
"La perfusión de máquina normotécnica proporciona al hígado medicamentos y nutrientes a través de sangre oxigenada y a temperatura corporal normal para conservarlo en un proceso funcional y fisiológico. Esto no solo ayuda a revivir al órgano tras su proceso de recuperación, sino que permite una evaluación para conocer la calidad en la que se encuentra", ha detallado Nasralla.
De esta manera, los hígados pueden mantenerse durante 48 horas. "Con este método se podrían trasplantar un 20 por ciento más de hígados que en la actualidad, disminuyendo así un 20 por ciento la mortalidad en listas de espera de todo el mundo", ha zanjado el investigador.