MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se caracteriza por una excesiva inquietud motora y dificultad en el control de impulsos, así como para mantener la atención, unas características que hacen que, durante el verano, sea fundamental seguir con las rutinas diarias y fomentar las aptitudes del niño, para que este no vea alterado su "ritmo normal", según la neuropediatra del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, Cristina Cordero Castro.
"En niños con TDAH, el tiempo sin estructurar y la falta de rutinas producen confusión y esto puede hacer que se muestren más inquietos. Por tanto, dentro del ocio y el descanso debemos mantener un entorno bien estructurado, respetando horarios y organizando su tiempo libre con actividades que le resulten interesantes", ha explicado la doctora.
Además, la especialista ha añadido que "casi todos los niños con TDAH tienen una habilidad especial, en la mayoría de los casos el curso académico no les permite desarrollarla por la carga escolar. Hay que aprovechar el verano para reforzar y desarrollar esa actividad en la que destacan".
Este trastorno afecta aproximadamente a un 5 por ciento de los niños a partir de los seis años, es decir, al menos a uno por cada clase de veinte alumnos, por lo que, junto con estas dos recomendaciones, la doctora Cordero ha aconsejado a los padres que, para poder disfrutar de las vacaciones, "entrenen" al niño a la hora de afrontar una situación potencialmente peligrosa, como por ejemplo perderse en la playa y saberse el número de teléfono de los padres o llevarlo apuntado.
En los menores con TDAH es "muy importante" seguir trabajando sus dificultades de planificación y cumplimiento de normas de una forma lúdica, como encomendándoles tareas sencillas para que sean capaces de ver sus objetivos cumplidos y recompensados. En esta línea, es fundamental no regañar al niño y no confundir su posible mala conducta con la inquietud motriz que el trastorno acarrea y que no siempre pueden controlar.
Por último, la doctora Cordero también ha recordado que hay que mantener, como norma general, la medicación. "Siempre que los efectos secundarios lo permitan, la medicación debe mantenerse durante el verano. Debemos romper con esa sensación de que es una pastilla 'para estudiar', hay que entender que es una medicación que ayuda a funcionar en todos los ambientes (incluidas esferas tan importantes como la social)", ha concluido.