Unas bacterias generadas en módulos donde se recrea la composición del suelo serán las que degraden los residuos tóxicos
MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Instituto de Salud Pública de Madrid Salud estrenó hoy en las dependencias del Complejo de Protección Animal de Salud el sistema 'Phytobac', el primero de España que elimina los residuos de los productos utilizados en el control de plagas, "minimizando el riesgo de contaminación del suelo y aguas subterráneas", subrayó el grupo Bayer CropScience, precursor del sistema junto al Centro de Investigación Agropecuario de Francia INRA.
En concreto, es la Unidad Técnica de Control de Vectores (UTCV) del Departamento de Salud Ambiental de Madrid Salud, dedicada a los temas relacionados con sanidad ambiental y control de plagas urbanas, la que llegó a un acuerdo con la compañía alemana para poner en marcha el sistema en Madrid.
El 'Phytobac' está compuesto por módulos de dimensiones variables según las necesidades de las empresas o instituciones que utilizan productos fitosanitarios como parte de sus programas o actividades de salud pública ambiental o sanidad vegetal. En estos módulos se incluyen unas cantidades proporcionadas de tierra, mantillo y paja, que deben conservarse en unas condiciones de humedad de entre el 15 y el 40 por ciento. La mezcla de tierra y mantillo tiene una duración aproximada de 10 años aunque, por seguridad, se cambiará cada 5, mientras que es necesario hacer aportes frecuentes de paja.
Situados en un lugar soleado y aireado, los contenedores van desarrollando bacterias que únicamente sobreviven en un sistema aeróbico (con oxígeno), por lo que resulta tan importante el mantenimiento de unas condiciones adecuadas. En el caso del 'Phytobac' del Instituto de Salud Pública, el suelo recreado en este espacio se riega durante cinco minutos cada hora. Este agua se filtra en el suelo, mientras los residuos sufren una degradación microbiológica, tanto de de microorganismos como de hongos, y abiótica, hidrólisis y oxidación, hasta desaparecer "con total seguridad" a los seis meses, aunque este efecto se puede producir a partir de los tres meses.
El agua sobrante se va evaporando gracias a una placa de plástico que ampara los compartimientos que ayuda además a crear una humedad y temperatura adecuada. La que no se evapora, se mueve por un circuito cerrado patentado por Biotisa, en el que el agua restante se filtra hasta unas tuberías que la llevan a un depósito que, cuando llega a un determinado volumen, la bombea para que riege el preparado de nuevo y el sistema vuelve a repetirse hasta que el agua desparece.
Todo el sistema es independiente al de alcantarillado y el del agua, por lo que "no puede haber contaminación", aseguró José María Cámara, el jefe de la Unidad de Control de Vectores de Madrid Salud.
MEJORAR EL MEDIO AMBIENTE
El proyecto gestionará los residuos de envases así como del lavado de equipos de aplicación, como las pulverizadoras, y se encuentra dentro del "plan de minimización" de Madrid Salud de "generar la menor cantidad posible de bioácidos", explicó.
"Este proyecto es una nueva muestra de la importancia que desde Madrid Salud le damos tanto al control de plagas como a la gestión de los residuos generados por esta actividad", afirmó.
Según el director de Bayer Environmental Science Profesional, Daniel D'Andrea, el 'Phytobac' "tiene como objetivo minimizar los riesgos para la salud pública y el medio ambiente, y sacar el máximo provecho de los productos fitosanitarios".
D*Andrea argumentó que existía "un punto débil en la vida de un producto, y era su final", por lo que este sistema de degradación viene a resolver este problema, como señaló el director general de Bayer CropScience en España, Rolf Deege, al asegurar que con este proyecto "se contribuye a garantizar el uso responsable de los productos hasta el fin de su vida".
Este sistema nació en 1998 en Francia, pero no se puso en funcionamiento el primer sistema hasta 2000 en el país. Siete años después fue reconocido por el Ministerio de Ecología francés, país precursor en una iniciativa que desde hace dos semanas funciona en España y ya tiene réplicas en Reino Unido y Estados Unidos, y se mantiene a la espera de su implantación en Japón y Sudáfrica.