MADRID 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El lúpulo, uno de los ingredientes fundamentales de la cerveza, retrasa el envejecimiento e influye positivamente en los parámetros sanguíneos del metabolismo oxidativo, según afirmaron hoy los responsables de un estudio promovido por el Centro de Información Cerveza y Salud, realizado en 50 monjas de clausura.
La investigación 'El lúpulo contenido en la cerveza, su efecto antioxidante en un grupo controlado de población', se llevó a cabo en tres monasterios cistercienses de la provincia de León con el objetivo de analizar la relación entre el consumo de una bebida rica en compuestos antioxidantes y los parámetros sanguíneos del metabolismo oxidativo, y su relación con el metabolismo lípido y los parámetros de inflamación.
Los resultados del trabajo demuestran que "la cerveza sin alcohol retrasa el envejecimiento", según afirmó el miembro del equipo de investigación y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, doctor Antonio Villarino. Aunque la doctora Victoria Valls Bellés, precisó que su ingesta surte efecto en el marco de "una dieta adecuada", donde "el consumo moderado de cerveza sin alcohol puede contribuir a la reducción de patologías asociadas con la edad y conseguir un envejecimiento más saludable".
Además de la facultativa de la Universidad de Valencia, ha participado del equipo de investigación el profesor de la Universidad Complutense y presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Jesús Román Martínez, que afirmó que la cerveza tiene una capacidad antioxidante global significativa, ya que posee "valores similares a otras como el vino y, de las no alcohólicas como el mosto". Y agregó que tanto las cervezas negras, como las rubias y las sin alcohol, "poseen valores similares".
Por otra parte, los responsables del estudio aseguraron hoy que ha quedado comprobado que el lúpulo influye positivamente en algunos parámetros de riesgo cardiovascular, ya que disminuye los niveles de colesterol total y triglicéridos. A su vez, recordaron que la cerveza es el único producto alimentario que utiliza el lúpulo en su elaboración.
LA INVESTIGACIÓN.
La investigación se llevo a cabo en un grupo dietéticamente controlado, de edad avanzada, al que tras la fase inicial en que se realizó el "lavado de alcohol" (abstinencia durante 30 días), se le administró cerveza sin alcohol.
Los especialistas suplementaron su dieta con 500 miligramos de cerveza diaria durante 45 días y, tras seis meses sin consumir esa bebida, se les administraron dos cápsulas de lúpulo por un período de 30 días.
Una vez recogidas muestras de sangre, al término de cada una de las fases descriptas, se procedió al tratamiento inicial de las muestras, a las que se les aplicó determinación de triglicéridos, de colesterol total, de HDL colesterol, de LDL colesterol y oxidada, de proteína C reactiva, de factores de complemento C3 y C4, de interleukinas, del contenido de grupos carbonilo en proteínas plasmáticas, de tocoferol en plasma y del factor de necrosis tumoral, entre otros.
Además de lo citado, tras la ingesta de cantidades moderadas de este tipo de cerveza se redujeron los niveles de colesterol total y LDL oxidada, siendo estos unos de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares y en los procesos de inflamación. Asimismo, disminuyeron los niveles de LDL oxidada, proteína C reactiva, interleukina-6 y la fracción C3 del complemento.
EL LÚPULO.
El lúpulo, que confiere el característico sabor amargo a la cerveza, ha sido utilizado desde la antigüedad tratar distintas dolencias y enfermedades por su acción antibacteriana, su actividad antiinflamatorio y sus propiedades sedantes y diuréticas.
Los especialistas destacan que se ha comprobado que es rico en polifenoles, unos antioxidantes naturales muy potentes que protegen frente a la acción perjudicial de los radicales libres.