Luchar contra las enfermedades no transmisibles requiere de sistemas de información "sólidos, inclusivos y sostenibles"

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Publicado: lunes, 15 diciembre 2025 13:42

MADRID 15 Dic. (EUROPA PRESS) -

Un documento publicado en la revista 'The Lancet Regional Health-Europe' crear sistemas de información "sólidos, inclusivos y sostenibles" para hacer frente a las enfermedades no transmisibles, de las que el 80 por ciento pueden prevenirse mediante políticas de salud pública eficaces y mediante estrategias de detección precoz.

El texto, elaborado por la Acción Conjunta sobre Enfermedades Cardiovasculares y Diabetes (JACARDI), la Acción Conjunta para la Prevención de Enfermedades No Transmisibles (JA PreventNCD) y la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, pide implementar cinco medidas "decisivas" para transformar la forma en que Europa lucha contra este tipo de patologías.

"Europa tiene una oportunidad única y la responsabilidad de volver a comprometerse con una gobernanza sanitaria basada en datos, con una inversión sostenida en sistemas resilientes de vigilancia de las enfermedades no transmisibles", han explicado los autores de la publicación, quienes han abogado por recopilar datos "verdaderamente inclusivos y desglosados" para poder visibilizar y abordar las desigualdades.

Bajo el título 'Fortalecimiento de los sistemas de vigilancia de las enfermedades no transmisibles en Europa mediante un enfoque colaborativo entre múltiples partes interesadas: una prioridad clave para avanzar en la elaboración de políticas basadas en datos', se ha destacado la importancia de una gobernanza sólida, marcos jurídicos claros e inversiones a largo plazo para garantizar que los avances sean sostenibles.

Del mismo modo, han sostenido que el seguimiento y la monitorización deben integrarse en la formulación de políticas en tiempo real, de modo que la información influya directamente en la responsabilidad y la toma de decisiones.

En la guía también se pide dar una voz "significativa" a la sociedad, las comunidades, las personas con experiencia vivida y los grupos marginados en estos procesos, asegurando que los datos reflejen las realidades vividas por las diferentes personas.

Asimismo, se señala la necesidad de una colaboración más estrecha entre los distintos sectores, un mayor intercambio de conocimientos y un mayor desarrollo de capacidades para garantizar un impacto duradero.

GENERAR DATOS MÁS INCLUSIVOS ES "UN IMPERATIVO MORAL Y ÉTICO"

La primera autora del estudio y coordinadora de JACARDI, la doctora Benedetta Armocida, ha subrayado que promover y generar datos más inclusivos es "un imperativo moral y ético", y que estos deben desglosarse sistemáticamente por edad, sexo, género, geografía, situación socioeconómica, discapacidad, origen étnico y migratorio, de forma que se revelen las disparidades territoriales y permitir intervenciones basadas en el lugar".

"Debemos empezar a considerar los datos no solo como números, sino como reflejos de vidas y derechos humanos: cada dato cuenta una historia, y los datos cobran verdadero poder cuando cambian narrativas, amplifican las voces de quienes a menudo son ignorados y exigen responsabilidades a los sistemas. Los datos deben observarse de forma crítica y traducirse en políticas que refuercen los sistemas sanitarios. Sin un seguimiento inclusivo, las desigualdades estructurales permanecen ocultas y los más vulnerables siguen siendo invisibles: un dato, una vida, una oportunidad perdida cada vez", ha incidido Armocida.

Otro de los autores y líder del grupo de trabajo de JACARDI sobre disponibilidad y calidad de datos, el doctor Héctor Bueno, ha subrayado la importancia de coordinar y reforzar los sistemas de información sanitaria para poder conseguir una monitorización continua, sistemática y estandarizada que permita garantizar políticas más eficaces y equitativas.

"Para avanzar en la lucha contra las enfermedades no transmisibles, necesitamos sistemas de información que sean sólidos, inclusivos y sostenibles. Los datos no son solo cifras, son la base para diseñar políticas que reduzcan desigualdades y mejoren la salud de toda la población", ha incidido.

Por su parte, el director de la División de Prevención y Promoción de la Salud de la Oficina Regional de la OMS para Europa, el doctor Gundo Weiler, ha manifestado que la lucha contra estas enfermedades es "una de las cinco prioridades" del Segundo Programa de Trabajo Europeo de la OMS/Europa, elaborado conjuntamente con 53 Estados miembros y configurado a través de amplias consultas públicas.

"La eficacia de las medidas contra estas enfermedades depende de la calidad de los datos. Europa puede dar ejemplo y mostrar enfoques colaborativos e inclusivos junto con las principales partes interesadas, incluidas las acciones conjuntas de la UE, como JACARDI y JA PreventNCD", ha agregado.

AVANCES DESIGUALES

Este documento nace a pesar de reconocer los "grandes esfuerzos" realizados en el ámbito de los compromisos internacionales, y es que los avances a nivel nacional han sido "desiguales", con unos sistemas de seguimiento fragmentados y que dependen "en exceso" de proyectos a corto plazo, e incluso enfrentándose a retos como una gobernanza limitada y una inversión insuficiente.

Todo ello ha creado una "brecha crítica" entre los ambiciosos objetivos mundiales y su traducción en políticas nacionales viables, con una cobertura desigual, falta de coherencia entre países y lagunas persistentes en lo que respecta a la salud de los grupos que viven en situaciones vulnerables, como migrantes, minorías y personas con discapacidad.

El coordinador científico de JA PreventNCD, Knut-Inge Klepp, ha destacado que en Europa ya ha soluciones que "funcionan", como las acciones conjuntas como JA PreventNCD y JACARDI, que ayudan a los países a armonizar métodos, compartir herramientas y aprender más rápidamente unos de otros, así como a mejorar la comparabilidad entre países y que el seguimiento sea más útil para la prevención y la promoción de la salud.

"Debemos considerar el seguimiento como una infraestructura básica, no como una tarea adicional. Requiere una financiación estable, una gobernanza clara y la capacidad de producir datos oportunos e inclusivos. Si el seguimiento depende de proyectos a corto plazo o de defensores individuales, seguirá siendo desigual. Si se institucionaliza, puede orientar las prioridades y ayudar a mantener los avances a largo plazo", ha concluido.

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