MADRID 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) destaca que la lucha contra las hepatitis víricas es "clave" para reducir el número de casos de cáncer de hígado, en vísperas del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra este domingo.
"El poder de prevenir el cáncer está a nuestro alcance. Intensificando los esfuerzos, podemos acelerar la eliminación de los virus de la hepatitis B y C, causantes del aumento de las tasas de cáncer de hígado en toda Europa", ha afirmado Piotr Kramarz, científico jefe del ECDC.
"Las pruebas tempranas, la rápida vinculación a la atención sanitaria, la mejora de las medidas de prevención, como la vacunación contra la hepatitis B y los programas integrales de reducción de daños, son elementos clave para la eliminación de estos virus", ha agregado.
La hepatitis crónica, causada por las infecciones por los virus de la hepatitis B y C, es uno de los principales factores de riesgo del cáncer de hígado, la sexta causa de muerte por cáncer en Europa, con cerca de 55.000 fallecimientos en 2022.
Aproximadamente 3,6 millones de personas en la Unión Europea/Espacio Económico Europeo (UE/EEE) están infectadas crónicamente por el virus de la hepatitis B (VHB) y 1,8 por el virus de la hepatitis C (VHC).
La prevalencia de estas infecciones, así como el acceso a la prevención y atención de la hepatitis, varía considerablemente entre los distintos países y poblaciones, con una carga especialmente elevada entre los grupos vulnerables, principalmente las personas que se inyectan drogas, los reclusos y algunas poblaciones migrantes.
Alrededor de un tercio de los casos de hepatitis B crónica en los países de la UE y el EEE se dan entre la población inmigrante, y un porcentaje similar de infecciones crónicas por hepatitis C se da entre los consumidores de drogas inyectables.
Existen medidas de prevención eficaces tanto para la hepatitis B como para la C, como la vacunación contra el VHB y las medidas de reducción de daños para evitar la transmisión de infecciones de transmisión sanguínea a través del consumo de drogas inyectables. Actualmente se dispone de tratamientos eficaces para ambas infecciones que pueden reducir la progresión a enfermedad hepática grave y cáncer.
Aunque los datos recopilados por el ECDC en los países de la UE y el EEE indican altos niveles de supresión viral para el VHB y tasas de curación para el VHC entre las personas tratadas, una gran proporción de las personas que viven con la enfermedad siguen sin estar diagnosticadas y, en consecuencia, no reciben el tratamiento y la atención que necesitan.
Además, a un número significativo de personas solo se les diagnostica en fases avanzadas de la enfermedad, cuando ya se han desarrollado cirrosis y cáncer de hígado.
La Organización Mundial de la Salud calcula que, en todo el mundo, el 87 por ciento de las infecciones por hepatitis B y el 64 por ciento de las infecciones por hepatitis C no se diagnostican, lo que pone de manifiesto la necesidad de intensificar los esfuerzos para ampliar las pruebas en la mayoría de los países.
Además, sigue habiendo restricciones en cuanto a los grupos de población que pueden optar al tratamiento, y los inmigrantes indocumentados y los consumidores de drogas inyectables se enfrentan a obstáculos en algunos países europeos.
El ECDC hace un llamamiento para que se intensifiquen los esfuerzos y la colaboración entre los gobiernos, los profesionales sanitarios y las comunidades para acelerar el progreso hacia la eliminación de las hepatitis B y C. "Mediante la ampliación de los programas de vacunación, la aplicación de iniciativas de pruebas específicas, la garantía de la vinculación sistemática a la atención sanitaria y la mejora de las medidas de prevención de la infección, podemos lograr un futuro más saludable para todos", concluyen desde el organismo europeo.