MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -
Hasta ahora, cuando en casos de cáncer de mama había ganglios axilares afectados, y el tratamiento se iniciaba con quimioterapia, siempre se extirpaban los ganglios de la axila, aumentando el riesgo de linfedema. Nuevos protocolos sugieren que, en determinados casos tratados con quimioterapia neoadyuvante, podría ser suficiente con la biopsia del ganglio centinela.
Esta ha sido la principal conclusión de los expertos del Comité de Tumores de Mama de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, quienes han puesto de manifiesto que, gracias a unos nuevos protocolos y técnicas de biopsia del ganglio centinela, se puede reducir al máximo la posibilidad de sufrir un linfedema, un efecto secundario que se da en ocasiones y que consiste en la acumulación anormal de linfa en un miembro, en este caso, un brazo.
Tal y como explica el doctor Luis María Guevara, ginecólogo y coordinador del área Materno-Infantil de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, el manejo estándar hasta hace bien poco en estas pacientes "era realizar un vaciado axilar después de la quimioterapia, ya que la biopsia selectiva del ganglio centinela no tenía la fiabilidad necesaria".
Sin embargo, continúa, "esto está cambiando hoy y estudios recientes demuestran que en pacientes seleccionadas esta biopsia selectiva en los ganglios puede ser una herramienta factible, siempre que se realice bajo determinadas circunstancias que mejoran las tasas de detección y aumentan su fiabilidad. Estas circunstancias comprenden desde el uso de nuevos métodos de análisis molecular, a nuevos y estrictos protocolos de análisis".
Como ejemplo de éstos, durante la reunión se señalaron el uso de doble trazador (colorante y tecnecio), estudio del ganglio centinela mediante inmunohistoquímica o técnicas moleculares que permiten detectar bajas cargas tumorales, marcaje del ganglio afectado de manera previa al tratamiento (para garantizar su posterior extirpación), análisis de al menos dos ganglios, etc.
No obstante, en caso de que no se pueda cumplir alguna de las premisas previas o que alguno de los ganglios sean positivos, se tendría que realizar el vaciado de los ganglios axilares.
Por otro lado, han recordado que lo más frecuente es iniciar el tratamiento del cáncer de mama por la cirugía, "pero en determinadas circunstancias como los tumores de mama localmente avanzados, como son los T3 y T4 (tamaño superior a 5 cm o con extensión a la pared torácica de la paciente) y los N1, N2 o N3 (afectación de los ganglios) la quimioterapia neoadyuvante, hoy en día, es el tratamiento estándar".
Con el uso de la quimioterapia "se consigue reducir el volumen tumoral, permitiendo en ciertos casos convertir un tumor inoperable en uno candidato a la cirugía. En otros casos evita la realización de una mastectomía, posibilitando una cirugía conservadora de la mama".