Administrada antes de la extubación del paciente tras una intervención quirúrgica es útil para prevenir la tos
MURCIA, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
La lidocaína intravenosa administrada antes de la extubación del paciente tras una intervención quirúrgica es útil para prevenir la tos o reducir su severidad en pacientes fumadores, según la conclusión del estudio del facultativo del Servicio de Anestesia y Reanimación Javier Orozco que ha presentado su tesis doctoral en el Salón de Actos del Hospital General Universitario Santa Lucía con calificación sobresaliente cum laude.
Y es que la tos es un reflejo protector de la vía aérea pero cuando sucede tras la retirada del tubo endotraqueal al finalizar una operación se asocia a un aumento brusco de la presión arterial, hemorragias, taquicardia, taquiarritmias, aumento de la presión intracraneal, edema de glotis, desaturación, agitación y aumento de la presión abdominal con el consiguiente riesgo de vómitos y de apertura de la herida quirúrgica por la rotura de los puntos de sutura.
Para prevenir la tos postoperatoria se utilizan varios fármacos y, aunque existen estudios que apoyan la utilidad de este anestésico local en sus distintas vías de administración, los resultados en ocasiones son contradictorios.
El hábito tabáquico causa hiperreactividad de la vía aérea, que se asocia a complicaciones como la tos, el laringoespasmo y broncoespasmo. En los pacientes fumadores, a pesar de tener una incidencia elevada de tos y de otras complicaciones respiratorias tras la extubación, no existía información que apoyara el uso profiláctico de lidocaína, sobre todo por vía intravenosa.
METODOLOGÍA DEL ESTUDIO
El trabajo de investigación de Javier Orozco ha tomado como muestra 106 pacientes fumadores, de diez o más cigarros diarios, de 18 a 69 años de edad y programados para cirugía electiva bajo anestesia general con intubación traqueal, desde mayo a septiembre de 2015 en el Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena.
Al concluir la cirugía, antes de administrar el reversor del bloqueo neuromuscular, el anestesiólogo administró por vía intravenosa lidocaína y cuando el paciente cumplió los criterios clínicos de extubación, se retiró el tubo endotraqueal. Un observador ciego registró la presencia de tos y su severidad tras la extubación. También se registró las complicaciones respiratorias, la calidad subjetiva de la extubación, las constantes vitales, la tos durante el traslado y en Reanimación, los posibles efectos secundarios de la lidocaína y las molestias faríngeas.
La lidocaína intravenosa administrada a dosis de 1 mg/kg redujo la incidencia de tos tras la extubación en los pacientes fumadores un 67,2%, disminuyó también la incidencia de tos moderada o severa un 65,04% y la tos durante el traslado a Reanimación Además, la lidocaína mejoró la calidad de la extubación sin que se registrase ninguna complicación secundaria a su uso.