MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
Para proteger los ojos de posibles daños provocados durante el verano es recomendable el uso de lentillas diarias para ir a la playa o a la piscina, evitando así problemas con el cloro o las bacterias, según la directora técnica y de Formación de Óptica Universitaria, Alicia Escuer.
De esta forma, al finalizar el día o la actividad, que se estaba realizando, se echan, asegurándose de que los restos de cloro o las bacterias que hayan podido acumularse no vuelvan al ojo.
En concreto, los rayos ultravioleta son uno de los factores más perjudiciales durante esta época del año, ya que es mayor en esta época del año, y a la que estamos más expuestos, ya que en verano tendemos a pasar más tiempo al aire libre.
Respecto a las gafas de sol, la experta avisa de que se debe "evitar comprarlas en mercadillos", al igual que se debe fijarse "en que sean homologadas y tengan el sello CE, que indica que cumplen la normativa de la Comunidad Europea. Y no hay que olvidar proteger la vista de los más pequeños, ya que son más sensibles a la radiación UV y sufren un daño mayor que un adulto".
Sucede lo mismo con las gafas de buceo, puesto que durante el verano se pasa gran parte del tiempo bajo el agua, por lo que la protección de los ojos en "esos momentos también es crucial", ha asegurado la experta.
De este modo, "unas buenas gafas de buceo ayudarán a proteger los ojos tanto del cloro como de las bacterias que pueda haber en el agua. Además, los rayos de sol afectan con la misma intensidad debajo del agua, por lo que las gafas de buceo deben tener protección UV y anti-empañado para evitar problemas como la sequedad ocular, la queratitis y la conjuntivitis irritativa, entre otros".
LAVARSE LAS MANOS: UN CONSEJO BÁSICO QUE EVITA INFECCIONES
El aire acondicionado y el calor seco de determinadas zonas son factores que también afectan a la salud visual, ya que provocan sequedad ocular e irritación, que podemos evitar parpadeando de manera frecuente, para mantener los ojos hidratados, ha especificado.
Por ello, se deben lavar los ojos antes y después de bañarnse en la piscina o en la playa, ya que servirá para proteger de sustancias contaminantes e irritantes. Tras lavarlos se encuentra la opción de secarlos con un pañuelo limpio y no con la toalla, ya que podría estar sucia de arena o de cualquier sustancia del entorno.
Por último, "un consejo básico que se debe aplicar siempre" es el lavado de manos, puesto que en muchas ocasiones se frotan los ojos y no siempre tienen las manos limpias, ya sea por restos de crema solar, de maquillaje o de arena, es importante asegurarnse de que están limpias para evitar contraer infecciones.