LOGROÑO, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
En La Rioja 1.600 personas están en tratamiento con mascarilla por apnea del sueño. Hay un 80 por ciento de los afectados desconoce que padece apnea del sueño. Precisamente esta tarde, el neumólogo Carlos Ruiz Martínez, la neuróloga Belinda Matute Tobías y el director del Instituto de Medicina Legal de La Rioja, Jorge González Fernandez tratarán de dar luz en la conferencia 'La apnea del sueño. La importancia de descansar bien'.
Una tercera parte de nuestra vida la pasamos durmiendo, pero no todos los hacemos en las mismas condiciones, ya que más de un millón y medio de españoles ve su sueño interrumpido por el síndrome de apnea del sueño, una afección que impide que las noches sean reparadoras y que provoca una fuerte somnolencia diurna.
El Síndrome de Apnea/Hiponea del Sueño (SAHS) es un trastorno médico por el cual la persona deja de respirar reiteradamente cuando está dormida, porque las vías respiratorias se cierran. En consecuencia, el aire no llega a los pulmones, aumentan los niveles de dióxido de carbono en la sangre y se interrumpe el sueño.
El 86 por ciento de la población española desconoce que la apnea del sueño sea un trastorno que afecta a la salud. Aunque el 34 por ciento ni tan siquiera ha oído hablar de ella, sin embargo, esta enfermedad afecta a 1,5 millones de españoles y más del 80 por ciento de ellos está sin diagnosticar. El desconocimiento llega a ser tal, que la mitad de la población no sabe identificar sus riesgos y cerca del 40 por ciento tampoco sus síntomas.
Además de un problema en sí mismo, la apnea también puede ser causa de otros, ya que si no se trata a tiempo, puede afectar de forma significativa a la salud y la calidad de vida de quien lo padece. Así, según recientes estudios, más del 40 por ciento de los pacientes con apnea presentan hipertensión, y entre un 40 y un 50 por ciento de los pacientes con insuficiencia cardiaca presentan apnea del sueño.
La presencia del síndrome de apnea del sueño aumenta los riesgos de enfermedades cardiovasculares como arritmias cardiacas, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes tipo II, e incrementa notablemente los accidentes de tráfico, accidentes laborales y domésticos como consecuencia de la excesiva somnolencia.
Los síntomas son: somnolencia durante el día, sueño inquieto, ronquidos fuertes y perturbadores, depresión, obesidad, mala memoria, irritabilidad y/o dificultad para concentrarse.
Se recomienda dormir las horas suficientes y en horario regular, dormir de lado. Evitar el sobrepeso y el tabaco, la administración de medicamentos para dormir, las bebidas alcohólicas y estimulantes, sobre todo por las noches y la obstrucción nasal.
Aunque estas medidas ayudan a frenar la progresión de la apnea, en la mayor parte de los casos (70-80 por ciento) esto no es suficiente y es preciso un tratamiento denominado CPAP o dispositivos de presión continua, que proporcionan aire continuo a las vías respiratorias a través de una mascarilla, evitando que se cierren durante el sueño y el paciente pueda respirar sin dificultades, permitiéndole recuperar la calidad del descanso y la calidad de vida.
