MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
Bloquear una quinasa conocida como CDK7 desencadena una reacción que provoca la muerte de las células de cáncer de próstata que se han diseminado y son resistentes a las terapias estándar, según un nuevo estudio de investigadores en el Centro de Cáncer Abramson de la Universidad de Pennsylvania, publicado en 'Cancer Discovery'.
El equipo identificó el papel de CDK7 como el interruptor de encendido / apagado que controla Med-1, un proceso que funciona en asociación con el receptor de andrógenos para impulsar el crecimiento del cáncer de próstata. Los investigadores han demostrado que apagar el interruptor conduce a la muerte de las células cancerosas en ratones.
La terapia de privación de andrógenos es un enfoque estándar para tratar el cáncer de próstata, pero en el transcurso del tratamiento, la mayoría de los pacientes eventualmente se volverán resistentes a la terapia, permitiendo que el cáncer crezca y se propague. Esto se conoce como cáncer de próstata resistente a la castración metastásico (CRPC). Hay dos medicamentos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos para estos casos, pero los pacientes ven poco o ningún beneficio de supervivencia a largo plazo con estas terapias.
Dado que el receptor de andrógenos (AR) sigue siendo el principal impulsor del crecimiento del cáncer en CRPC, eliminar su función sigue siendo fundamental y dada la resistencia de la enfermedad a las terapias con AR, se necesita un nuevo enfoque. Si bien estos cánceres no tienen mutaciones adicionales u otra sobreexpresión genética, el equipo de Penn aún pudo identificar un nuevo objetivo gracias a lo que los investigadores llamaron "copiloto de AR".
"Sabemos que AR no funciona solo, necesita Med-1 como socio --dice el autor principal del estudio, Irfan A. Asangani, profesor asistente de Biología del Cáncer en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania--. Nuestro estudio encontró una manera de desactivar Med-1, dejando AR sin su copiloto, lo que significa que el cáncer no puede crecer y las células finalmente mueren".
El uso de un inhibidor para apagar CDK7 condujo a la muerte de las células CRPC tanto en el entorno de laboratorio como en modelos animales. Los investigadores también observaron efectos muy limitados fuera del objetivo de este enfoque, ya que las células sanas tienen redundancias para lidiar con la pérdida de Med-1, lo que significa que solo las células cancerosas terminan muriendo.
"Nuestra teoría es que estas células cancerosas son adictas a Med-1 y AR, pero otras células no lo son, por lo que esencialmente las estamos cortando de su adicción", dice Asangani.
Los inhibidores de CDK7 ya se están probando en ensayos clínicos de fase I para otros tipos de cáncer, incluidos leucemia, cáncer de pulmón, glioblastoma y cáncer de mama, pero Asangani dice que este estudio muestra los fundamentos para probarlos en CRPC.