MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) participa en el estudio multicéntrico europeo para probar los beneficios del nuevo sistema de visión artificial 'IRIS II', un chip desarrollado por Pixium Vision que simplifica la intervención y disminuye las probabilidades de desprendimiento de retina y otras complicaciones derivadas.
De esta manera, permite su extracción y posterior sustitución por modelos más evolucionados, que se confía que aparezcan en los próximos años y sobre los que ya existen prototipos. A diferencia de los modelos actuales, como el 'ARGUS', no se coloca por debajo de la retina, sino que se fija en ella.
El 'IRIS II' es un microchip de silicona con 150 electrodos que se implanta en la retina y la estimula artificialmente, permitiendo al paciente percibir formas y movimientos. El sistema utiliza una minicámara que imita el funcionamiento del ojo humano y que captura los cambios en el campo visual mediante píxeles, en lugar de utilizar sensores de imagen.
"El modelo objeto de esta investigación es el último antes de que llegue la tercera generación de microchips de la retina, en los que realmente se espera un avance destacable en cuanto a resultados visuales para los pacientes a quienes se implante", ha destacado el investigador del IMO, Rafael Navarro.
Por el momento no se puede hablar de éxito visual, pero este método "triplica el número de electrodos respecto a los modelos anteriores, por lo que cabe esperar algo más de definición en la imagen que proyecte sobre la retina", ha explicado la oftalmóloga del IMO y miembro de la investigación, Anniken Burés.
Por su parte, el investigador principal del estudio, Borja Corcóstegui, ha declarado que aun "no se han logrado resultados que puedan hacerlo realmente determinante para mejorar la calidad de vida de los pacientes". Sin embargo, los expertos del IMO señalan la importancia de otras líneas de investigación para combatir la falta de visión en los próximos años.
MÉTODO DEL ESTUDIO
El estudio 'IRIS II', que ha empezado en septiembre y que durará un mínimo de 18 meses y un máximo de 36, en función de los resultados, se llevará a cabo en 10 pacientes, uno por centro participante, que actualmente están en fase de selección.
Los candidatos son personas ciegas que no pueden reconocer formas a causa de distrofias de retina como retinosis pigmentaria, distrofia de conos y bastones o coroideremia, las cuales provocan un daño en las células retinianas pero no impiden el buen funcionamiento del nervio óptico.