MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, el Hospital Medical Center (UH) de la Universidad de Cleveland, la Clínica Cleveland y Lifebanc han desarrollado nuevo método para preservar los riñones donados, que podría mejorar la calidad de los mismos y, por ende, "salvar" a más personas con insuficiencia renal.
En concreto, el equipo ha observado que el medicamento nitrito de etilo que podría agregarse al líquido de preservación para generar pequeñas moléculas llamadas S-nitrosotioles (SNO), las cuales regulan el suministro de oxígeno a los tejidos. Esto, a su vez, restaura el flujo y reduce la resistencia dentro del riñón, lo cual se asocia a una mejor función renal después del trasplante.
Aumentar la cantidad de riñones disponibles para trasplante beneficia a los pacientes al extender la esperanza de vida y/o mejorar la calidad de vida, así como la posibilidad de reducir los costes médicos. Por ello, y para ayudar a mejorar los resultados para los pacientes con trasplante de riñón, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Annals of Surgery', exploraron formas de extender la viabilidad de los riñones donados.
Las mejoras en las técnicas quirúrgicas y las terapias de inmunosupresión han hecho que los trasplantes de riñón sean un procedimiento relativamente común. Sin embargo, se ha prestado menos atención al mantenimiento y mejora de la función renal durante la fase de transporte renal. "Abordamos este último punto mediante el desarrollo de métodos mejorados de preservación", han detallado los expertos.
Y es que, durante décadas, los riñones donados se han enjuagado con una solución destinada a la conservación y, posteriormente, se han transportado en frigoríficos con hielo hasta el hospital donde se iba a llevar a cabo el trasplante. Sin embargo, durante esta fase el 20 por ciento de los riñones dejan de ser útiles.
"Durante varios años, nuestro equipo ha dirigido esfuerzos de investigación para comprender y mejorar la respuesta del cuerpo a la manipulación médica. La fisiología de los donantes de órganos y el 'estado de transporte' encajan bien dentro de esta métrica. Por ello, hemos identificado una terapia que podría mejorar la perfusión renal, un factor significativo para predecir cómo funcionará el órgano después del trasplante", han zanjado los investigadores.