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MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Gregorio Marañón de Madrid, gracias al trabajo de las universidades Complutense y Carlos III de Madrid y la empresa española GMV, ha logrado crear el primer quirófano oncológico del mundo equipado con un navegador o "GPS" que permite guiar por imagen y en tiempo real la radioterapia intraoperatoria que necesitan muchos pacientes con cáncer.
Este novedoso sistema permitirá a los cirujanos y oncólogos radioterápicos de este centro interaccionar en tiempo real con los distintos tejidos del paciente, tanto los afectados por el cáncer como los sanos, y con el aplicador de radioterapia que se usa para tratar la zona afectada, ya que permite saber "cómo se comporta la radiación cuando se emite".
"Es como un GPS radioterápico y radioquirúrgico, ya que permite decirnos dónde está el haz de radiación con respecto a la anatomía del paciente y su tumor", ha asegurado el jefe del departamento de Oncología de este centro madrileño, Felipe Calvo, durante la presentación de esta técnica.
De este modo, ha añadido, se podrá conseguir una mayor precisión en la radiación de tejidos con riesgo cancerígeno tras la extirpación del tumor.
La radioterapia intraoperatoria es un tratamiento antitumoral utilizado para, una vez extirpado el cáncer, radiar las zonas afectadas o las partes que no se han podido eliminar para evitar que el tumor se vuelva a reproducir.
El Gregorio Marañón es actualmente el hospital europeo que más procedimientos de este tipo realiza, con más de 1.100 pacientes en 16 años y cerca de 100 procedimientos anuales, el 30 por ciento en pacientes procedentes de otros centros.
El nuevo equipamiento se ha probado de momento en seis pacientes con un resultado "altamente satisfactorio", como ha quedado reflejado en un artículo publicado en la revista 'Physics in Medicine and Biology', y aunque los tumores digestivos y los sarcomas son los que más se tratan con esta radioterapia, el doctor Calvo asegura que "todos los tumores pueden recibir este tratamiento".
Para la instalación de toda la tecnología ha sido necesario remodelar por completo un quirófano del centro, que ahora queda blindado para este tipo de procedimientos.
En él se han instalado pantallas de alta definición y calidad diagnóstica para visualizar la imagen en 3D del paciente, tres cámaras de videovigilancia y un conjunto de ocho cámaras infrarrojas para la navegación en tiempo real colocadas en torno al área quirúrgica, que permiten captar el movimiento de objetos durante todo el procedimiento.
CAPTACIÓN DE MOVIMIENTOS COMO EN EL CINE O LOS VIDEOJUEGOS
Esta innovadora tecnología comparte los mismos principios de captación de movimiento que se utilizan en el cine y en los videojuegos para trasladar el movimiento de actores a personajes animados, según informan desde el centro.
Ante de la operación, el paciente se somete a una tomografía axial computarizada (TAC) que permite al personal médico reconstruir tridimensionalmente su anatomía. Posteriormente, el simulador 'Radiance' permite en ese paciente virtual planificar el tratamiento radioterápico, delimitando el tumor a resecar, el lecho tumoral y los órganos a proteger de la radiación, y seleccionando finalmente la posición del aplicador, su diámetro, el ángulo de su bisel y la energía del haz.
Además, esta representación virtual es de utilidad ya que, durante la cirugía y al colocar el aplicador, puede resultar complicado identificar ciertas estructuras del paciente.
Posteriormente, ya en el quirófano, el personal médico puede guiarse dentro del paciente a través de las pantallas de alta definición del quirófano. De igual modo, el oncólogo radioterápico podrá comparar la posición y orientación del aplicador en el momento de la intervención con la planificada previamente y repetir, si fuera necesario, la estimación de la distribución de la dosis para ajustar el tratamiento al escenario quirúrgico real.
El sistema permite predeterminar y ajustar posteriormente 'in situ' la zona, la profundidad y la dosis que recibirá cualquier tejido (piel, hueso, músculo, intestino o vejiga) y comprobar si existe algún riesgo añadido para los tejidos.
El doctor Calvo asegura que esta técnica permite guiar el 80 por ciento de las decisiones que se toman en el quirófano. "Todavía hay un margen que hace que la cirugía siga siendo un arte", ha apuntado.
Además, destaca que, aunque ya hay centros que utilizan navegadores para otros procedimientos, como en Neurocirugía, la diferencia es que "estos hacen un seguimiento a un lápiz o a un bisturí puntual, mientras que ahora se está navegando con haces de radiación de 10 centímetros de diámetro, algo que nunca se había hecho en la anatomía humana".
La nueva tecnología permitirá igualmente registrar todo lo que se hace durante la intervención, de cara a investigar por ejemplo si el patrón de reactivación de los tumores tuvo que ver con una mala decisión en su momento, si lo que se hace es suficiente y se consigue un control muy alto. "Es la forma más optimizada de aplicar radioterapia", ha concluido.