MADRID 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Clínica Oftalmológica TACIR, ubicada en el Centro Médico Teknon de Barcelona, va a investigar la relación entre el Covid-19 y las trombosis retinianas, ya que a lo largo del 2020 y durante este 2021 se han ido notificando diferentes casos de eventos trombóticos retinianos en diferentes países.
El estudio también buscará más adelante ver si existe alguna posible relación entre la administración de las diferentes vacunas contra el SARS-CoV-2 y un aumento en el número de las trombosis, aunque la hipótesis de partida es que no se producirá este incremento.
Uno de los grandes retos que presentan los pacientes que han sufrido una trombosis ocular es que los síntomas pueden ser muy variados. Estos, además, suelen aparecer alrededor de los catorce días después del inicio de la infección por coronavirus, y, dependiendo de la ubicación de la trombosis, esta patología puede pasar desapercibida hasta que no se desarrolle un cuadro más extenso.
Entre los posibles síntomas se incluyen la variación en la agudeza visual, que puede ir desde una disminución muy leve y sutil hasta la pérdida completa de la visión en un ojo, la aparición o aumento de moscas volantes o sombras en la visión o la visión distorsionada, no siendo usual asociar dolor en el inicio de la patología.
"Como estas manifestaciones intraoculares pueden pasar desapercibidas, es muy recomendable no aplazar los exámenes oftalmológicos completos, para poder prevenir complicaciones en el caso de que hubiera ocurrido alguna manifestación ocular por covid-19", ha dicho el doctor del Departamento de Cirugía Refractiva, Cataratas y Córnea de la Clínica Oftalmológica TACIR, Diego Castanera.
Durante todo este tiempo de pandemia, se han descrito toda una serie de manifestaciones que afectan a las estructuras más internas del ojo, como pueden ser trombosis de la vena central de la retina y de sus ramas colaterales, embolias arteriales retinianas y neuritis ópticas, entre otras.
"La literatura actual relaciona estas vasculitis retinianas con una posible cascada trombinflamatoria secundaria a una respuesta inmune con exceso de citoquinas, o también por la intervención directa de las partículas víricas. Pero, considerando que normalmente la afectación del segmento posterior del ojo se produce entre una y cuatro semanas después del inicio de los síntomas generales de covid-19, es más posible que la patogénesis sea por un proceso inmunomediado, más que por una afectación directa del virus o sus partículas", ha detallado el experto.
En otras infecciones virales, como el dengue o el chikunguya, también se han descrito este tipo de oclusiones retinianas de tipo vasculitis, que justifican igualmente que puedan ser debidas a una respuesta inmune tardía.
Ahora bien, no solo se han descrito trombosis oculares relacionadas con la Covid-19, también hay otra serie de patologías oftalmológicas descritas que están asociadas con esta enfermedad. La afectación más frecuente es la conjuntivitis inespecífica, que suele causar síntomas leves que se pueden corresponder con hiperemia ocular u ojo rojo, lagrimeo e incluso molestia causada por la luz o fotofobia.
De manera paralela e indirecta, se puede asociar esta enfermedad con el síndrome del ojo seco asociado a mascarilla (MADE, por sus siglas en inglés), descrito por la Universidad de Waterloo. "Este síndrome genera sequedad ocular que se puede asociar a irritación, picor, ojo rojo y lagrimeo, y es causado por el vapor que expulsamos durante cada respiración, que se orienta hacia la superficie del ojo cuando la mascarilla no está completamente adaptada al contorno de la nariz", ha zanjado Castanera.