MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas y del Centro Médico Universitario de Gotinga (Alemania) han identificado moléculas en la sangre que pueden indicar una demencia inminente.
Sus hallazgos, publicados en la revista científica 'EMBO Molecular Medicine', se basan en estudios en humanos y experimentos de laboratorio. En las investigaciones participaron varios hospitales universitarios de toda Alemania.
El biomarcador descrito por el equipo, dirigido por el profesor André Fischer, se basa en la medición de los niveles de los llamados microARN. La técnica aún no es apta para su uso práctico, por lo que los científicos pretenden desarrollar un sencillo análisis de sangre que pueda aplicarse en la atención médica rutinaria para evaluar el riesgo de demencia. Según los datos del estudio, los microARN también podrían ser potencialmente objetivos para la terapia de la demencia.
"Cuando los síntomas de la demencia se manifiestan, el cerebro ya ha sufrido un daño masivo. En la actualidad, el diagnóstico se produce demasiado tarde para tener siquiera la posibilidad de un tratamiento eficaz. Si la demencia se detecta pronto, aumentan las probabilidades de influir positivamente en el curso de la enfermedad. Necesitamos pruebas que, idealmente, respondan antes de la aparición de la demencia y estimen de forma fiable el riesgo de padecer la enfermedad más adelante. En otras palabras, pruebas que den una alerta temprana. Confiamos en que los resultados de nuestro estudio actual allanen el camino hacia esas pruebas", afirma Fischer.
El biomarcador que Fischer y sus colegas han encontrado se basa en la medición de los llamados microARN en la sangre. Los microARN son moléculas con propiedades reguladoras: influyen en la producción de proteínas y, por tanto, en un proceso clave del metabolismo de todo ser vivo.
"Hay muchos microARN diferentes y cada uno de ellos puede regular redes enteras de proteínas interdependientes e influir así en procesos complejos del organismo. Por tanto, los microARN tienen un amplio impacto. Queríamos averiguar si hay microARN específicos cuya presencia en la sangre se correlaciona con la aptitud mental", dice el investigador.
Mediante amplios estudios en humanos, ratones y cultivos celulares, los investigadores acabaron identificando tres microARN cuyos niveles se asociaban con el rendimiento mental. Para ello, analizaron datos tanto de individuos jóvenes y cognitivamente normales como de personas mayores con deterioro cognitivo leve (DCL).
PRESAGIOS DE DEMENCIA
Al final, los distintos hallazgos se unieron como las piezas de un rompecabezas: en los individuos sanos, los niveles de microARN se correlacionaban con la aptitud mental. Cuanto más bajo era el nivel en sangre, mejor era el rendimiento de los sujetos en las pruebas de cognición.
En los ratones, a su vez, esta puntuación aumentaba incluso antes de que los roedores empezaran a mostrar un deterioro mental, independientemente de que se debiera a la edad o a que desarrollaran síntomas similares a los de la demencia de Alzheimer.
Otras pruebas se obtuvieron de pacientes con DCL: de aquellos en los que el marcador sanguíneo estaba muy elevado, cerca del 90 por ciento desarrolló la enfermedad de Alzheimer en un plazo de dos años. "Por lo tanto, consideramos que un nivel elevado de estos tres microARN en sangre es un presagio de demencia. Estimamos que en los seres humanos este biomarcador indica un desarrollo que está entre dos y cinco años en el futuro", afirma Fischer.
OBJETIVOS POTENCIALES PARA LA TERAPIA
En sus estudios con ratones y cultivos celulares, los investigadores también descubrieron que los tres microARN identificados influyen en los procesos inflamatorios del cerebro y en la "neuroplasticidad", que incluye la capacidad de las neuronas para establecer conexiones entre sí. Esto sugiere que los tres microARN son algo más que señales de alarma.
"En nuestra opinión, no solo son marcadores, sino que tienen un impacto activo en los procesos patológicos. Esto los convierte en objetivos potenciales para la terapia. De hecho, vemos en ratones que la capacidad de aprendizaje mejora cuando se bloquean estos microARN con fármacos. Lo hemos observado en ratones con déficits mentales relacionados con la edad, así como en ratones con daños cerebrales similares a los que se producen en la enfermedad de Alzheimer", apunta Fischer.