MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos) han demostrado en el primer ensayo clínico riguroso y multicéntrico que la inmunoterapia oral es efectiva y segura en pacientes alérgicos al trigo.
En su artículo en la revista 'Journal of Allergy and Clinical Immunology', los investigadores explican cómo han conseguido que la mayoría de niños inscritos en el estudio consiguiera superar esta alergia. Después de 52 semanas de tratamiento, el 52 por ciento de los niños alérgicos al trigo pudieron consumir una dosis acumulada de 4,443 mg de proteína de trigo, aproximadamente el equivalente a una o dos rebanadas de pan sin reacciones adversas.
El trigo es uno de los cinco alérgenos alimentarios más comunes, y representa un desafío importante para los niños alérgicos debido a su prevalencia en la dieta. Ingrediente común en el pan, la pasta, la pizza y los pasteles, el trigo también es un agente aglutinante que se utiliza en una gran variedad de alimentos, como los embutidos y los helados.
Para averiguar cómo acabar con la alergia a este conjunto de cereales, los responsables del estudio reclutaron a 46 pacientes alérgicos con una edad media de 8,7 años, con el objetivo de determinar la eficacia y seguridad de la inmunoterapia oral para el trigo. Con esta técnica, se recibe un alérgeno en cantidades mínimas que se incrementan gradualmente con la esperanza de desensibilizar al paciente.
Los ensayos clínicos realizados previamente por investigadores del Hospital de Mount Sinai habían arrojado resultados prometedores, incluida una alta tasa (70-80 por ciento) de sujetos que alcanzan la desensibilización con un perfil de seguridad aceptable para alimentos como leche de vaca, huevo y cacahuetes.
Las respuestas alérgicas al trigo se correlacionan con las proteínas presentes en el trigo. Por lo tanto, para estudiar la eficacia de la inmunoterapia oral, es necesario que haya una dosis suficiente de proteína. "El trigo contiene cantidades relativamente bajas de proteínas en comparación con los cacahuetes o la leche, lo que dificulta un poco más el estudio. Como resultado, nuestros pacientes jóvenes tuvieron que consumir grandes cantidades de harina de trigo para ingerir dosis crecientes de proteínas", señala Anna Nowak-Wegrzyn, primera autora del estudio.