Reducir el tiempo de atención tras un infarto mejora la supervivencia

Corazón
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Actualizado: miércoles, 30 diciembre 2015 9:51

   MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Aunque los hospitales han logrado avances en la reducción del tiempo que se necesita para tratar a los pacientes de ataque cardiaco una vez que llegan al centro, los retrasos de los pacientes en el reconocimiento de los síntomas y la búsqueda de tratamiento se asocian con un mayor daño al corazón, según señala un estudio publicado este lunes en la edición digital de 'JACC: Cardiovascular Interventions'.

   El periodo puerta-balón es el tiempo desde que un paciente de un ataque al corazón llega a la sala de emergencia hasta que se le realiza una intervención coronaria percutánea para restaurar el flujo sanguíneo. Las directrices conjuntas del Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón establecen que los hospitales que tratan a pacientes con elevación del segmento ST infarto de miocardio (STEMI, por sus siglas en inglés) con intervención coronaria percutánea de emergencia deben hacerla dentro de los 90 minutos o menos de su llegada al hospital.

   El Colegio Americano de Cardiología puso en marcha la Alianza puerta-balón (D2B) en 2006 para reducir el tiempo en el que los pacientes con STEMI reciben intervención coronaria percutánea en los hospitales de Estados Unidos. Según el estudio, en aproximadamente el 90 por ciento de los casos de intervención coronaria percutánea, el flujo sanguíneo se restablece en la superficie del corazón, pero en alrededor de un tercio de los pacientes, el flujo sanguíneo no se restaura al músculo del corazón.

   Los investigadores de este estudio compararon el impacto del tiempo transcurrido entre los síntomas de ataques de corazón hasta el inicio de puerta-balón y puerta-balón en la función del músculo cardiaco. Para ello, revisaron los registros de 2.056 pacientes en el ensayo multricéntrico Harmonizing Outcomes with Revascularization and Stents in Acute Myocardial Infarction (HORIZONS-AMI) que comparó a los pacientes con síntomas hasta el inicio de puerta-balón en tres categorías: dos horas e inferior; entre más de dos horas y cuatro horas y más de cuatro horas.

   Los pacientes en el estudio que en los que transcurrió entre dos a cuatro horas o más a partir de la aparición de los síntomas hasta que son tratados con una angioplastia con balón para restablecer el flujo sanguíneo al corazón eran menos propensos a tener el flujo de sangre totalmente restaurado en el corazón y era más probable que murieran dentro de los tres años que los pacientes tratados con mayor rapidez.

   "La disminución de la media de tiempo puerta-balón en los últimos años no se ha traducido en una reducción de la mortalidad en pacientes STEMI", apunta Roxana Mehran, autora del estudio y directora de investigación cardiovascular de intervención y ensayos clínicos en el Instituto Cardiovascular Zena y Michael A. Weiner de la Escuela de Medicina Mount Sinai, en Nueva York, Estados Unidos.

   "Este estudio pone de relieve la necesidad de reconsiderar el papel de puerta-balón como una medida de actuación y examinar la utilidad de un indicador más amplio del retraso de los sistemas como el primer contacto médico con el tiempo balón, así como el tiempo de isquemia total", añade esta investigadora.

   En un editorial acompañante, Michael A. Kutcher, del 'Wake Forest Baptist Medical Center', en Estados Unidos, dice que l métrica puerta-balón y los sistemas establecidos son extremadamente valiosos y deben seguir; pero que los médicos tienen que prestar atención a las medidas asociadas, como los síntomas y los signos de la aparición de la isquemia, que es la pérdida de flujo sanguíneo.

   Este experto atribuyó la falta de mejoras significativas en la mortalidad y morbilidad con la reducción del tiempo puerta-balón al hecho de que el daño microvascular todavía puede ocurrir con un menor tiempo puerta-balón y conducir a un mayor riesgo de muerte.