BARCELONA 29 Ago. (EUROPA PRESS) -
La intervención precoz con terapias invasivas, como la angioplastia, aumenta la supervivencia y mejora la calidad de vida de los pacientes que han sufrido un infarto agudo del miocardio sin elevación del segmento ST, según los resultados de un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, en sus siglas en inglés) que se celebra en Barcelona.
Según el jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, José R.González-Juanatey, este tipo de infarto es el más común entre la población y representa dos tercios del total de casos de los síndromes coronarios agudos.
Aunque su pronóstico suele ser mejor que el infarto con elevación del ST durante la hospitalización, su pronóstico a largo plazo es peor y en estos enfermos el tratamiento invasivo suele llevarse a cabo en una menor proporción de casos y con un retraso mayor que lo recomendado por las guías de práctica clínica.
González-Juanatey ha asegurado que los pacientes que presentan un infarto sin elevación del segmento ST "deberían tener la posibilidad de acceder a una coronariografía, así como a terapias intervencionistas en menos de 24 horas, tal como recomiendan las guías de práctica clínica".
REDES ASISTENCIALES
Ha considerado urgente crear redes asistenciales para estos enfermos y bien pueden ser "las mismas que se están usando para el infarto más grave o, al menos, una organización similar que permita garantizar la estrategia invasiva precoz en este tipo de pacientes".
Actualmente, sólo se benefician de esta intervención uno de cada cuatro pacientes en España, ya que esta alternativa terapéutica sólo se realiza en algunos hospitales --principalmente en los que disponen de un servicio de hemodinámica 'in situ'-- pero no de forma estructurada como sucede en el caso de los infartos más graves.
El estudio se realizó a partir del Registro de Síndrome Coronario Agudo CARDIOCHUS, que recoge datos de los enfermos ingresados en el Hospital Universitario de Santiago de Compostela entre el 1 de septiembre de 2003 y el 30 de junio de 2015.