Internistas instan a detectar el riesgo cardiovascular de jóvenes, nonagenarios y mujeres

Archivo - Mujer con obesidad sujeta en su mano un corazón. Salud cardiovascular.
Archivo - Mujer con obesidad sujeta en su mano un corazón. Salud cardiovascular. - KAEW6566/ ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 2 diciembre 2021 10:47


MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los médicos internistas participantes en la mesa redonda 'Riesgo cardiovascular en población especiales', celebrada en el marco del 42 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y el 37 Congreso de la Sociedad Gallega de Medicina Interna (SOGAMI), que se celebró del 24 al 26 de noviembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Galicia, en Santiago de Compostela (A Coruña), han incidido en la importancia de vigilar el riesgo cardiovascular en poblaciones especiales, como los jóvenes, las mujeres y los nonagenarios, sin caer en el nihilismo preventivo o terapéutico.

Como ejemplos, han destacado que es clave efectuar la detección precoz de la hipertensión arterial (HTA) entre los jóvenes, para evitar lesiones graves en órganos diana; valorar el riesgo cardiovascular de las mujeres jóvenes para que no estén infradiagnosticadas e infratratadas; y promover la modificación de los estilos de vida, hacia otros más cardiosaludables, y evaluarlos en los nonagenarios. En el caso de estos últimos hay que fundamentar el manejo clínico en la capacidad funcional de cada paciente, y no en su edad.

El riesgo cardiovascular se ha investigado poco en jóvenes y mayores y existen pocos datos de cómo tratarlo en estos grupos. El doctor Pedro Armario García, ponente en la mesa y facultativo en el Hospital Sant Joan Despí Moisés Broggi de Barcelona, ha explicado que "la prevalencia de hipertensión arterial en el joven de 18-39 años varía en función de la zona estudiada, siendo más frecuente en varones que en mujeres".

"La prevalencia global en EE.UU. y España es alrededor del 7-12 por ciento y se incrementará debido al aumento de la obesidad y los estilos de vida menos cardiosaludables", ha detallado.

Las cifras indicativas de una presión arterial (PA) normal alta son PA sistólica 130-139 mm Hg y/o la PA diastólica de entre 80-89 mm Hg o la HTA establecida, que se caracteriza por cifras de HTA establecida (PA sistólica = 140 mm Hg y o PA diastólica = 90 mm Hg).

"Básicamente existen tres factores que conducen a la elevación de las cifras de PA: factores genéticos, como antecedentes de HTA en familiares de primer grado; factores perinatales, como bajo peso al nacer, historia de HTA gestacional o preclamsia en la madre; factores ambientales, entre los que es muy importante la obesidad y los cambios de estilo de vida no favorables, como la alimentación y el sedentarismo", ha detallado el doctor Armario.

Respecto a las personas con cifras de PA óptimas (> 120/80 mm Hg), las que tienen PA normal alta presentan un aumento del riesgo cardiovascular del 75 por ciento, y en los casos de HTA establecida triplican dicho riesgo. Los sujetos con inicio de HTA en la edad joven presentan un riesgo mayor de desarrollar lesiones en el corazón (un órgano diana), como la hipertrofia ventricular izquierda, la disfunción diastólica o la calcificación coronaria. Su detección precoz puede reducir el riesgo.

Existen dos tipos distintos de HTA. La HTA secundaria a otros problemas de salud o medicaciones, y la HTA esencial, que es mucho más frecuente y que en el adulto está determinada por factores que ocurren muchos años antes. Los signos y síntomas que pueden orientar hacia la sospecha de HTA secundaria son tan variados como las causas renales, vásculo-renales (displasia fibromuscular, endocrinas (feocromocitoma, hiperaldosteornismo primario, alteración de la función tiroidea), coartación de la aorta, y farmacológicas, entre otras.

"Su detección temprana permite introducir precozmente cambios favorables de estilo de vida, tanto en los casos con PA normal alta como en los casos de HTA establecida, con la finalidad de prevenir lesión de órgano diana y o complicaciones cardiovasculares o renales", ha destacado el doctor Armario.

"La enfermedad cardiovascular en mujeres y jóvenes es un tema de actualidad, porque está infravalorada y su detección en estos colectivos no es fácil. Este riesgo cardiovascular en las mujeres jóvenes es inferior al de los varones jóvenes, aunque hay condiciones como enfermedades ginecológicas y obstétricas que lo aumentan. Además, las enfermedades reumatológicas crónicas inflamatorias, más prevalentes en las mujeres que en los varones, también elevan este riesgo. Es importante valorar adecuadamente el riesgo cardiovascular porque según sea el nivel de riesgo, hay que tomar determinadas medidas terapéuticas como la antiagregación o la toma de hipolipemiantes. Si no se valora bien el riesgo cardiovascular en las mujeres puede haber un infratratamiento y una infrautilización de técnicas diagnósticas en ellas", ha alertado el doctor José Ignacio Cuende Molero, del Complejo Asistencial de Palencia.

La doctora Carmen Suárez Fernández, del Hospital Universitario La Princesa de Madrid, ha expuesto que "los nonagenarios son una población más sana que los octogenarios". De hecho, este grupo etario se ha multiplicado en un 250 por ciento desde 2000 a 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y las previsiones para los próximos años es de un mayor crecimiento. Además, la esperanza de vida para 2048, en las mujeres españolas, se situará en 90 años, según el INE.

"La principal causa de muerte de los nonagenarios no es la enfermedad cardiovascular, sino las infecciones. Mientras que existen evidencias que apoyan el tratamiento de la hipertensión y la utilización del tratamiento anticoagulante para la prevención del ictus embólico, en presencia de fibrilación auricular, no existen claras evidencias que apoyen el beneficio del tratamiento para descender el colesterol", ha dicho la doctora Suárez.

Asimismo, ha remarcado tres mensajes clave sobre su manejo: "La edad 'per se' no es razón para prescribir o desprescribir un tratamiento, sino que debe valorarse la funcionalidad y las preferencias del paciente; no es lo mismo iniciar una terapia preventiva que retirarla; y es importante generar información sobre el beneficio de la prevención cardiovascular en este grupo etario".