Los inhibidores de bomba de protones resuelven hasta el 90% de síntomas de reflujo gastroesofágico

Garganta, espina, atragantar
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Publicado: martes, 19 febrero 2019 13:36


MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los inhibidores de la bomba de protones resuelven las manifestaciones del reflujo gastroesofágico en el 90 por ciento de casos, y la cirugía laparoscópica tiene también unos "altísimos porcentajes de efectividad", según el doctor José Antonio Pajares Díaz, de la Unidad de Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

El reflujo gastroesofágico (el paso del contenido gástrico a través del cardias hacia el esófago) es un fenómeno fisiológico que se produce a diario y al que no habría que prestar mayor atención si no fuera porque el contacto excesivo del contenido gástrico con la mucosa esofágica provoca unos síntomas y signos que hacen que se esté ante una enfermedad.

Los principales síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico son la pirosis retroesternal y la regurgitación ácida, que característicamente mejoran con la ingesta de antiácidos o antisecretores. No obstante, como destaca Pajares Díaz, hay pacientes que presentan "síntomas atípicos o poco característicos", como el dolor torácico de origen no cardiológico o la disfonía y la tos crónica.

Asimismo, el especialista detalla que las consecuencias que tiene el reflujo sobre la mucosa no son uniformes, ya que hay un grupo de pacientes que presenta pirosis sin que se origine lesión mucosa, mientras que en otros sí se producen lesiones, cuyo espectro "es muy diverso: erosiones y úlceras en la mucosa distal, estenosis, desarrollo de esófago de Barrett o, incluso, adenocarcinoma de esófago".

El doctor Pajares subraya que el primer paso en el tratamiento de cualquier persona con reflujo gastroesofágico es evitar las situaciones que lo favorecen. En este sentido, aconseja evitar el consumo de sustancias que contienen xantinas (café, té, chocolate), de comidas grasas y de bebidas alcohólicas; no fumar; evitar posturas que aumenten la presión abdominal; o dejar transcurrir un periodo mínimo de tres horas desde la última comida antes de acostarse.

Además, para reducir la acidez gástrica, indican que se pueden adoptar medidas farmacológicas, que son las más empleadas. "Los antiácidos, como el almagato, provocan un alivio sintomático rápido pero transitorio. Sin embargo, los fármacos antisecretores, como los antihistminicos (antiH2) o los inhibidores de la bomba de protones (IBP), presentan un efecto más profundo y prolongado", argumenta.

"Los IBP han mostrado unas tasas de curación superiores al 90 por ciento y deben considerarse como medicamentos de primera elección en pacientes con lesiones mucosas", subraya el doctor Pajares, quien también sugiere otras estrategias terapéuticas, como la administración de fármacos que inhiban las relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior, de fármacos procinéticos y de aquellos que creen una barrera física que impida el reflujo.

En los casos de refractariedad o de preferencia del paciente, asegura que se puede plantear la corrección quirúrgica del reflujo mediante una fundiplicatura. "La efectividad de esta cirugía es alta, comparable a la de los IBP, y en la mayoría de los pacientes puede practicarse por vía laparoscópica, lo que disminuye el tiempo de recuperación y de ingreso hospitalario", concluye Pajares, que intervendrá en la charla inaugural del ciclo 'Martes de Salud', dedicada a las dolencias digestivas frecuentes, el próximo 26 de febrero en el Hospital Nuestra Señora del Rosario.