MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
El hospital regional de Sédhiou (una región del sudeste de Senegal) ha inaugurado su primera unidad de pediatría gracias a la donación de material de Enfermeras Para el Mundo (EPM), una acción enmarcada en un proyecto financiado por la Junta de Castilla y León para mejorar la salud y el acceso a la atención sanitaria de la población desfavorecida.
Incubadoras, camas, cunas, extractores, mesas de examen, goteros, termómetros y todo lo necesario para hacer una unidad totalmente funcional ha sido la donación de Enfermeras para el Mundo. Además de equipar la unidad de pediatría, se está llevando a cabo formación de agentes de salud y campañas de sensibilización sanitaria a la población general.
El acto de entrega del material se ha realizado en el mismo hospital, y han asistido el gobernador de la región de Sédhiou, el alcalde de la localidad, el director del hospital regional, autoridades del Ministerio de Salud y representantes de Enfermeras Para el Mundo, tanto locales como de la sede central de Madrid.
Este proyecto se ha realizado en colaboración con el Ministerio de Salud de Senegal y su estrategia de salud para la región, que son quienes garantizarán que tenga continuidad y un impacto real y sostenible. "La unidad de pediatría que EPM ha equipado estará dirigida por Ismaël Touré, un especialista pediatra contratado por el ministerio, lo que asegura que se aprovechará al máximo el material entregado", han afirmado.
Enfermeras Para el Mundo actúan en la región de Sédhiou debido a sus malas condiciones de vida, lo que hace que necesiten mucha ayuda humanitaria y sanitaria. La zona se caracteriza por su pobreza e inaccesibilidad geográfica, y sus indicadores de salud están entre los más bajos del país.
Desnutrición, paludismo, tuberculosis o diarrea se dan con frecuencia, sobre todo en los niños. Un 22 por ciento de los menores de 5 años padecen desnutrición; el 18,5 por ciento de los recién nacidos son de bajo peso; y el 90 por ciento de las madres padecen anemia. Por su parte, la mortalidad infantil es de 35 por mil nacidos vivos para la mortalidad neonatal, y 26 por mil nacidos vivos para la post natal, lo que supone que el riesgo de muerte antes de los 5 años es de 121 por mil.
"Además, perduran ciertas prácticas tradicionales y socioculturales, como la mutilación genital femenina, y otras creencias en torno al embarazo y al parto, que hacen particularmente precaria la salud de la mujer y los recién nacidos", han explicado. Todos estos problemas de salud, junto a la falta de recursos económicos impide a las familias poder costearse las hospitalizaciones, los medicamentos básicos e incluso los partos asistidos, por lo que la unidad de pediatría era imprescindible para la población infantil de la región.