MADRID, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
Neurocientíficos del Trinity College de Dublín (Irlanda) han identificado por primera vez estructuras cerebrales que podrían predecir la predisposición de una persona a despertarse cuando está bajo anestesia. Los hallazgos, que se han publicado en la revista científica 'Human Brain Mapping', podrían ayudar a identificar quienes puedan requerir dosis de anestesia superiores a la media.
Aunque la anestesia se utiliza en medicina clínica desde hace más de 150, los científicos no acaban de entender por qué su efecto en las personas es tan variado.
Uno de cada cuatro pacientes supuestamente inconscientes durante la anestesia general puede, de hecho, tener experiencias subjetivas, como soñar, y en casos muy raros (0,05-0,2%) las personas se vuelven accidentalmente conscientes durante un procedimiento médico.
La investigación descubrió que uno de cada tres participantes no se veía afectado por la sedación moderada con propofol en sus tiempos de respuesta, frustrando así un objetivo clave de la anestesia: la supresión de la capacidad de respuesta conductual.
La investigación también demostró, por primera vez, que los participantes resistentes a la anestesia presentaban diferencias fundamentales en la función y las estructuras de las regiones fronto-parietales del cerebro con respecto a los que permanecían totalmente inconscientes. Y lo que es más importante, estas diferencias cerebrales podían predecirse antes de la sedación.
"La detección de la capacidad de respuesta de una persona a la anestesia antes de la sedación tiene importantes implicaciones para la seguridad y el bienestar del paciente. Nuestros resultados ponen de relieve nuevos marcadores para mejorar el control de la consciencia durante la anestesia clínica", ha comentado Lorina Naci, líder de la investigación.
Aunque es poco frecuente, la sensibilización accidental durante una operación puede ser muy traumática y provocar resultados negativos para la salud a largo plazo, como el trastorno de estrés postraumático, así como depresión clínica o fobias.
"Nuestros resultados sugieren que los individuos con un mayor volumen de materia gris en las regiones frontales y una conectividad funcional más fuerte dentro de las redes cerebrales fronto-parietales, pueden requerir dosis más altas de propofol para no reaccionar en comparación con los individuos con una conectividad más débil y un menor volumen de materia gris en estas regiones", ha añadido la científica.
En la investigación, realizada en Irlanda y Canadá, se estudió a 17 individuos sanos que fueron sedados con propofol, el agente anestésico clínico más común. Se midió el tiempo de respuesta de los participantes para detectar un sonido simple cuando estaban despiertos y a medida que se sedaban. También se midió la actividad cerebral de 25 participantes mientras escuchaban una historia sencilla en ambos estados.