MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio ha identificado varias barreras que dificultan el ejercicio de los pacientes de diálisis. El estudio, que aparece en una próxima edición de 'Clinical Journal of the American Society of Nephrology' (CJASN), también exploró los beneficios que estos pacientes desearían obtener del ejercicio, si pudieran hacerlo.
Las personas con enfermedad renal en etapa terminal tienden a ser sedentarias y poseen un alto riesgo de que empeore su deterioro funcional después de comenzar la diálisis. El ejercicio puede mitigar este riesgo y ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero a menudo existe una desconexión entre lo que consideran importante los investigadores y los pacientes.
Para abordar esto, un equipo liderado por Deborah Zimmerman y Danielle Moorman, del Hospital de Ottawa y la Universidad de Ottawa, en Canadá, diseñó un estudio para comprender mejor las perspectivas de los pacientes sobre los beneficios y las barreras para hacer ejercicio, los tipos de ejercicio en el que los pacientes están interesados, y las clases de resultados que son más importantes para ellos si tuvieran que hacer ejercicio. Los científicos también evaluaron si estos difieren según la edad de los pacientes y el tipo de diálisis que utilizan.
Para el estudio, los autores encuestaron a 423 pacientes con enfermedad renal en etapa terminal que se sometían a diálisis. Entre los principales hallazgos, están que los beneficios más deseados del ejercicio fueron la mejora de la energía (18 por ciento) y la fuerza (14 por ciento).
La tercera prioridad difería, de forma que pacientes en diálisis peritoneal, hemodiálisis en el centro y pacientes con diálisis domiciliaria, seleccionaron, respectivamente, la mejoría del sueño, el mantenimiento de la independencia y la longevidad. Los pacientes mayores estaban más interesados ??en mejorar la energía y la fuerza, así como en mantener la independencia, mientras que los jóvenes estaban interesados ??en mejorar la energía, la longevidad y su candidatura al trasplante.
Solo el 25 por ciento de los pacientes pudieron hacer ejercicio sin dificultad; las principales barreras para los pacientes eran que se sentían demasiado cansados ??(55 por ciento), demasiado débiles (49 por ciento) o sin aliento (50 por ciento). Si los pacientes hacían ejercicio, querían hacer ejercicio en casa (73 por ciento) utilizando una combinación de aeróbico y entrenamiento de resistencia (41 por ciento), independientemente del tipo de diálisis o la edad.
"La mayoría de los pacientes de diálisis incluidos en este estudio, independientemente de la modalidad, creen que el ejercicio sería beneficioso, pero informan de varias barreras para participar en un programa de ejercicios que deberán abordarse en cualquier programa de ejercicios propuesto y/o estudio clínico", dice Zimmerman. "La fatiga y la debilidad experimentadas por los pacientes pueden requerir un programa de ejercicios que se puede incorporar a sus actividades de la vida diaria en el hogar o en su vecindario", plantea.