Tras un ictus, mucho más riesgo de depresión

Un hombre mayor tapa su rostro, deprimido por el Alzheimer.
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Actualizado: miércoles, 21 diciembre 2016 13:45

   MADRID, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) aseguran que durante los tres primeros meses de sufrir un accidente cerebrovascular o ictus el riesgo de depresión es ocho veces mayor que el de la población general, de ahí la necesidad de identificar los factores que favorecen su aparición.

   Los autores de este trabajo, publicado en la revista 'Archives of General Psychiatry', utilizaron datos de siete registros daneses para ver si los factores de riesgo de depresión difieren mucho entre quienes han sufrido un derrame cerebral, y si en estos casos el trastorno mental tiene algún tipo de incidencia en su mortalidad.

   Para ello contaron con una muestra de 135.417 pacientes con accidente cerebrovascular de los que un 25,4 por ciento (34.346) presentaban un diagnóstico de depresión en los dos años posteriores. Además, en más de la mitad de los casos (17.690) se produjo durante los tres primeros meses tras el ictus.

   Como grupo control contaron con una población de 145.499 personas que no habían sufrido un ictus, de los que el 7,8 por ciento (11.330) sufrieron un trastorno depresivo durante los dos años siguientes a su inclusión en el estudio. Y menos de una cuarta parte (2.449) lo sufrieron en los primeros tres meses.

   De este modo, constataron que el riesgo de depresión durante los tres primeros meses después del accidente cerebrovascular era ocho veces mayor que en la población general.

   Asimismo, vieron que el riesgo era mayor en función de la gravedad del ictus, en pacientes de edad más avanzada, mujeres, personas que viven solas, con un menor nivel educativo, en quienes también sufrían diabetes o presentaban antecedentes previos de otro cuadro depresivo.

   En ambos grupos de participantes, con independencia de si también habían sufrido un ictus o no, el riesgo de mortalidad con un trastorno depresivo era mayor, especialmente en aquellos que lo habían sufrido por primera vez.

   Los autores reconocen que una de las limitaciones del estudio es que para determinar la presencia de depresión sólo tuvieron en cuenta el diagnóstico psiquiátrico y la prescripción de medicamentos antidepresivos, si bien estos también se utilizan para muchas otras patologías.

"La depresión es común en pacientes con accidente cerebrovascular durante el primer año después del diagnóstico, pero los que han tenido depresión antes o sufren un derrame cerebral severo están un riesgo especial. Y dado que un gran número de muertes pueden atribuirse a la depresión posterior, los médicos deben ser conscientes del riesgo de sus pacientes", según concluyen.